Entrar en una habitación y olvidar el motivo, perder el hilo de los pensamientos a medio frase o experimentar dificultades para concentrarse en tareas sencillas son experiencias cada vez más comunes. Este conjunto de síntomas cognitivos se denomina “niebla mental”, un fenómeno que no se clasifica como enfermedad, pero que refleja un estado de sobrecarga en el cerebro con consecuencias directas sobre la atención y la memoria. El estrés constante, la acumulación de responsabilidades y la exposición continua a estímulos pueden generar agotamiento y lentitud cerebral. Además de las causas externas, la niebla mental puede originarse por factores fisiológicos como la menopausia, la perimenopausia, el COVID prolongado y enfermedades autoinmunes como el lupus, así como por preocupaciones cotidianas. Todos estos elementos reducen la eficiencia de la mente y afectan tanto al desempeño laboral como a la vida personal.
El Dr. Tharaka Gunarathne, graduado de la Facultad de Medicina de la Universidad de Aberdeen y psiquiatra infantil, ha señalado estrategias concretas para reducir la confusión cognitiva y mantener el foco.
1. **Crear rutinas**: Mantener una estructura diaria estable disminuye la fatiga derivada de tener que decidir constantemente. Planificar hábitos para la mañana y la noche, preparar la ropa con anticipación y organizar el desayuno ayuda a concentrarse en las actividades prioritarias, en lugar de dispersarse en preocupaciones menores. Esta organización promueve el orden.
2. **Sé amable contigo mismo**: La niebla mental no indica falta de capacidad, sino que muestra señales de cansancio y saturación, según explicó el especialista. Reducir el ritmo, delegar y pedir ayuda son acciones completamente válidas para aliviar la presión mental. Se aconseja consultar al médico de cabecera si los síntomas persisten y generan inquietud. Reconocer la necesidad de pausas y descanso permite tomar decisiones conscientes que protegen el equilibrio.
3. **Tomar descansos**: Distribuir breves intervalos entre actividades, de cinco a diez minutos, contribuye a favorecer un procesamiento más ágil de lo realizado. Estos intervalos funcionan como cortafuegos mentales, permitiendo descargar tensiones antes de abordar nuevas tareas. El Dr. Gunarathne remarcó que estos descansos pueden incluir estiramientos, salir a caminar, beber algo o simplemente permanecer en silencio, brindando la oportunidad de recuperarse.
4. **Utilizar calendarios y recordatorios**: Intentar retener toda la información relevante en la memoria aumenta el riesgo de olvidos. El especialista recomendó aprovechar herramientas digitales, programar recordatorios recurrentes y reservar bloques horarios para almuerzos, pagos y facturas. Liberar espacio mental evita la preocupación continua por lo que se debe recordar, facilitando una reducción significativa de la carga diaria.
El método **SWANS**: Para potenciar la salud y la concentración, el Dr. Gunarathne propuso un acrónimo que reúne cinco elementos esenciales: **Sueño**: de siete a nueve horas; **Agua**: mantenerse hidratado; **Actividad**: realizar ejercicio; **Nutrición**: consumir alimentos integrales; y **Estrés**: aplicar técnicas de respiración. Estos hábitos diarios refuerzan la concentración y, junto con los consejos anteriores, establecen un marco sólido para enfrentar los retos cotidianos. La moderación en estos aspectos resulta esencial para fortalecer la claridad, dos atributos clave para desarrollar habilidades complejas y gestionar la vida diaria.


