
Los niños podrían estar en mayor riesgo de desarrollar cánceres en la sangre debido a la exposición a la radiación de las imágenes médicas, según un estudio reciente. Este análisis sugiere que aproximadamente uno de cada diez casos de cáncer pediátrico podría estar relacionado con exploraciones por imágenes, como se reportó en la edición del 17 de la revista New England Journal of Medicine.
La investigadora principal, la Dra. Rebecca Smith-Bindman, radióloga de la Universidad de California-San Francisco, afirmó: “Aunque las imágenes médicas pueden salvar vidas, nuestros hallazgos subrayan la necesidad crítica de evaluar cuidadosamente y minimizar la exposición durante los procedimientos pediátricos para salvaguardar la salud a largo plazo de los niños”. La Dra. Smith-Bindman añadió que esto implica asegurar que las exploraciones se realicen solo cuando proporcionen información esencial para la atención del niño y, en el caso de las tomografías computarizadas, utilizar las dosis más bajas posibles.
Los investigadores señalaron que la radiación es un carcinógeno conocido y que los niños son particularmente susceptibles a sus efectos debido a que son más sensibles en comparación con los adultos y tienen una esperanza de vida más larga. En el estudio, se siguió a 3.7 millones de niños nacidos entre 1996 y 2016 que fueron tratados en seis sistemas de salud en EE. UU. y Canadá. Durante el periodo del estudio, se diagnosticaron casi 3,000 casos de cáncer.
Los resultados mostraron una relación significativa entre la exposición a la radiación y el desarrollo de cáncer en la sangre, la médula ósea y los ganglios linfáticos. Esta relación varió significativamente según el tipo de exploración realizada. Las tomografías computarizadas, que implican una serie de radiografías combinadas para crear una imagen detallada, presentan un riesgo mayor debido a la cantidad de radiación que utilizan, aunque son útiles para diagnosticar afecciones potencialmente mortales como hemorragias, coágulos o cáncer, según el Instituto Nacional de Imágenes Biomédicas e Ingeniería Biomédica.
Por otro lado, las radiografías simples, que se utilizan para diagnosticar huesos rotos o neumonía, exponen a los pacientes a dosis mucho más bajas de radiación. En el estudio, se observó que las tomografías computarizadas de cabeza, que son un objetivo común de este tipo de exploraciones, constituyeron aproximadamente una cuarta parte de los casos asociados. Hacerse dos tomografías computarizadas de cabeza aumentó el diagnóstico en un 80%, lo que triplicó la cantidad de radiación recibida, según los resultados.
Las radiografías contribuyeron a una pequeña fracción de los casos relacionados, encontrándose que, en general, hasta un 10% de los adolescentes podrían prevenirse reduciendo exploraciones innecesarias. Los investigadores sugirieron que el ultrasonido y la resonancia magnética podrían servir como reemplazos efectivos en muchos casos.
La investigadora sénior, Diana Miglioretti, jefa de bioestadística en California-Davis, comentó: “Este estudio proporciona evidencias sólidas observadas directamente de una clara dosis-respuesta en la malignidad hematológica en adolescentes”. Además, Miglioretti destacó que los hallazgos de este estudio se alinean con investigaciones internacionales que subrayan especialmente los riesgos de la radiación. “Es crucial que los médicos sopesen los beneficios inmediatos frente a los posibles riesgos y optimicen los protocolos de radiación“.
La Agencia Internacional de Energía Atómica también ha emitido advertencias sobre los riesgos asociados con la radiación.