
Informe de la SAP advierte sobre el uso excesivo de tecnología en niños, destacando su impacto negativo en el desarrollo emocional y físico.
La Sociedad Argentina de Pediatría (SAP) ha publicado un informe que aborda las repercusiones del uso excesivo de la tecnología en los niños. Este documento, titulado “Uso adecuado de dispositivos electrónicos: Padres e Hijos y su impacto en la comunicación, el juego, la vida al aire libre y el deporte”, destaca que la sobreexposición a las pantallas desplaza experiencias fundamentales para el desarrollo integral de los más pequeños, tales como el juego y la interacción socioafectiva. La doctora Silvina Pedrouzo, médica pediatra y presidenta de la Subcomisión de Tecnologías de la Información y Comunicación (TICs) de la SAP, explicó que “el desarrollo emocional y psicofísico del niño se produce a través de las interacciones con el ambiente y otras personas, principalmente mediante la comunicación y los vínculos familiares cercanos; así comienzan a incorporar significados, normas y valores esenciales para sus relaciones futuras”.
La doctora Pedrouzo también advirtió que el uso excesivo de dispositivos electrónicos puede provocar una sobreestimulación sensorial en una etapa de inmadurez cerebral, lo que afecta la atención, la memoria y el aprendizaje social. Según la pediatra, estos efectos adversos pueden dificultar la adquisición del lenguaje y el control de los impulsos. Por su parte, Natalia Krejcik, miembro del Comité de Medicina Ambulatoria de la SAP, subrayó que el uso de la tecnología no solo estimula la creatividad y promueve el lenguaje, sino que también fomenta el desarrollo social y cognitivo. Krejcik enfatizó que el celular “no es un juguete” y destacó la importancia de que los pediatras dialoguen con las familias para incentivar el uso compartido de dispositivos y desalentar su uso excesivo.
El informe señala que solo una minoría de los niños menores de cinco años cumple con las pautas recomendadas sobre el tiempo frente a la pantalla, lo que resalta la necesidad urgente de establecer límites saludables. Los expertos advierten que cuando los padres están demasiado concentrados en sus propios dispositivos, los niños pueden sentirse ignorados, lo que afecta su bienestar y comportamiento. La falta de claridad en el hogar puede perjudicar las relaciones familiares. Pasar largas horas frente a las pantallas no solo afecta el aprendizaje social, sino que también está asociado con un aumento del sedentarismo, lo que contribuye a tasas elevadas de obesidad y sobrepeso infantil. Paula Otero, especialista en pediatría, subrayó que el tiempo excesivo frente a las pantallas resta actividad física, que es clave para una vida saludable.
Carolina Aznar, prosecretaria de la SAP, recalcó que “el ejercicio contribuye a la salud física, mental y emocional, fomentando la socialización, algo que se pierde cuando no participan en actividades físicas”. Un estudio realizado por la Universidad Católica Argentina (UCA), a través del Barómetro de Deuda Social de la Infancia, reveló que el 52,4% de los niños argentinos de entre 17 años realiza deporte fuera del ámbito escolar, mientras que el 58,6% lee textos impresos. Además, se observó que tres de cada diez niños en ocho zonas urbanas presentan un déficit en la estimulación verbal.
Otro riesgo significativo relacionado con el uso de dispositivos electrónicos es el impacto negativo en la calidad del sueño. La doctora Krejcik recomendó evitar la exposición a la luz azul antes de dormir, ya que esta suprime la producción de melatonina, lo que puede provocar insomnio y afectar la calidad del sueño. La Organización Mundial de la Salud (OMS) ha sugerido que los adolescentes deben ser menos sedentarios y dedicar suficiente tiempo a actividades físicas. En este sentido, Romina Valerio, secretaria de la SAP, destacó la importancia de equilibrar el tiempo activo con el descanso.
Los especialistas concluyen que es crucial recordar que la tecnología es una herramienta y no un sustituto de las interacciones humanas. Por lo tanto, es fundamental que los adultos prioricen fomentar hábitos saludables en todos los ámbitos de la vida de los niños. Las recomendaciones de la SAP para los niños de dos años y preescolares (de 2 años) incluyen pautas específicas sobre el tiempo de uso de dispositivos electrónicos, que deben ser seguidas para promover un desarrollo saludable.