El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, ha vuelto a acaparar la atención mediática por sus controvertidas decisiones, esta vez con la intención de adquirir Groenlandia, un territorio que pertenece al Reino de Dinamarca. Para llevar a cabo esta misión, Trump ha designado al gobernador de Luisiana, Jeff Landry, quien se dirigirá a la isla en una visita que ha generado una rápida respuesta por parte de las autoridades danesas.
La visita de Landry está programada para las 15:00 horas de Chile, y Trump ha expresado su apoyo a esta iniciativa a través de la red social X, donde destacó el “patriotismo” y el intento de “soberanía” que representa esta misión. El mandatario también ha argumentado que la visita tiene como objetivo la “seguridad” y la “supervivencia” de los aliados.
Sin embargo, la reacción de Dinamarca no se ha hecho esperar. La primera ministra Mette Frederiksen y el presidente groenlandés Jens-Frederik Nielsen han solicitado un respeto absoluto por las fronteras de Groenlandia, argumentando que cualquier intento de compra violaría las normas de soberanía. En respuesta a esta situación, el gobierno danés ha convocado al embajador estadounidense para discutir el asunto.
El ministro de Relaciones Exteriores de Dinamarca, Lars Løkke Rasmussen, ha calificado la propuesta de Trump como “completamente inaceptable” y ha confirmado que se llevará a cabo una reunión en el Ministerio de Exteriores para abordar este tema, así como otros asuntos internacionales, incluyendo la situación en Venezuela y el liderazgo de Nicolás Maduro.
La intención de Estados Unidos de adquirir Groenlandia no es un hecho aislado. Históricamente, ha habido varios intentos de compra, comenzando después de la Segunda Guerra Mundial, cuando se ofreció en secreto adquirir la isla. En 2019, durante el primer mandato de Trump, se intentó hacer lo mismo de manera pública, lo que generó un gran revuelo. Recientemente, en 2024, tras la reelección de Trump, se ha vuelto a hablar de la posibilidad de continuar con esta insistencia de compra.
Desde 1951, Estados Unidos mantiene una base en Groenlandia, específicamente en la región de Avannaata, conocida como el complejo de Pituffik, que anteriormente fue una base aérea de Thule. Esta instalación fue establecida con el propósito de entrenar a las fuerzas militares estadounidenses ante una posible eventualidad de conflicto en la región.
Trump ha declarado que Groenlandia “sería un lugar estratégicamente importante” y ha afirmado que los groenlandeses “estarían mejor protegidos bajo la cobija de Estados Unidos de los ataques políticos externos”. La política de expansión estadounidense, promovida por Trump, busca hacer realidad este ambicioso proyecto.

