
Una reciente investigación ha puesto de manifiesto la alarmante situación de violencia que enfrenta el sistema RED Movilidad en Santiago de Chile, identificando un total de 131 puntos críticos donde se registran robos, agresiones y ataques incendiarios.
Violencia en el sistema RED Movilidad
Entre los años 2022 y 2024, conductores como Gastón, quien trabaja para Buses Vule, han sido víctimas de brutales agresiones. En su relato, Gastón menciona: “El tipo ya me tenía en el suelo, golpeando y golpeando”. Como resultado de este ataque, necesitó someterse a dos cirugías faciales y un año de rehabilitación tras ser agredido por un pasajero en estado de ebriedad.
Zonas más peligrosas
Según un reportaje de Ciper Chile, las áreas más peligrosas, denominadas “zonas rojas”, incluyen lugares como Avenida Santa Rosa, Barrio Franklin, Estación Central y el centro de Santiago. En estas zonas, los conductores enfrentan robos, agresiones y desórdenes públicos de manera recurrente. Intersecciones como San Luis con Marcoleta en Quilicura y General Velásquez con Alameda en Estación Central son especialmente críticas. Un conductor comenta: “Ahí siempre hay problemas, es donde más nos agreden”.
Casos de secuestro y agresiones
Otro caso impactante es el de Pablo, quien fue secuestrado por hinchas de fútbol en el año 2023. En su relato, Pablo describe cómo le ordenaron: “Métete por acá, apaga las luces, para en la botillería”. Durante este episodio, fue obligado a consumir drogas y alcohol bajo amenaza de armas. Pablo recuerda: “Iban consumiendo más drogas y otros tenían relaciones sexuales a bordo”, lo que refleja la gravedad de la violencia en zonas como Avenida Santa Rosa y Estación Central.
Incidentes de ataques incendiarios
Los ataques incendiarios también son un fenómeno recurrente, con un total de 35 casos registrados, muchos de los cuales ocurren durante protestas o en fechas significativas como el 11 de septiembre. Verónica, conductora del B15, ha sido agredida en tres ocasiones por el mismo individuo. Ella relata: “Me lanzó todo lo que pilló en la calle”. Tras un ataque en el que una roca quebró su parabrisas, Verónica estuvo un mes de licencia. Al regresar al trabajo, confiesa: “Me sudaban las manos y sentía ganas de vomitar”.
Falta de seguridad y medidas propuestas
Las empresas de transporte han enfrentado multas por deficiencias en seguridad, tales como la falta de extintores o sistemas de alerta. Guillermo, un conductor de Metropol, señala: “Siempre hay un bus con un vidrio quebrado o un compañero agredido”. A pesar de que las autoridades han propuesto medidas, como el despliegue de militares para mejorar la seguridad, los conductores continúan expuestos a estos peligros. “Al final, andamos solos”, lamenta Mariana, quien fue atacada durante la celebración de Halloween.