
La reciente edición del reporte Doble Click Económico, elaborado por la Escuela de Negocios de la Universidad Adolfo Ibáñez (UAI) y Icare, indica que América Latina está comenzando a controlar la inflación tras el aumento de precios que se experimentó durante la pandemia. El informe, presentado por el economista y académico Juan Pablo Medina, destaca el esfuerzo de varios países de la región por “reconquistar” la inflación, especialmente en naciones que enfrentaron inflaciones elevadas o hiperinflaciones en las décadas de los 70 y 80. En este contexto, Argentina, Brasil, Chile y Perú son ejemplos de países que sufrieron cifras de inflación superiores a tres dígitos.
Análisis de la inflación en América Latina
Medina señala que, durante los 30 años previos a la pandemia, la región había logrado una convergencia en la inflación que permitió a los ciudadanos proyectarse al futuro sin la urgencia de comprar. Sin embargo, la situación cambió drásticamente con la llegada de la pandemia. El director ejecutivo en Credicorp Capital y miembro del Círculo de Economía y Finanzas de Icare, Klaus Kaempfe, enfatiza que “ya nos habíamos olvidado lo que era la inflación y qué significaba no saber cuál sería el precio en un año más”.
Conclusiones del informe
El análisis de Medina presenta cuatro conclusiones clave sobre la evolución de la inflación en cinco países latinoamericanos: Brasil, Chile, Colombia, México y Perú, en comparación con naciones avanzadas. En primer lugar, se destaca que la convergencia de la inflación en la región no se detuvo durante la pandemia. A pesar de que la inflación se aceleró en América Latina antes que en las economías avanzadas en 2021, también comenzó a disminuir rápidamente desde mediados de 2022, incluso antes que en los países desarrollados.
En segundo lugar, la composición de los factores que impulsaron el aumento de precios en la región fue diferente. El incremento de los precios en América Latina estuvo “bastante influenciado” por las presiones de la demanda y los choques de oferta adversos a nivel internacional, como las interrupciones en las cadenas de suministro globales y el aumento de los precios de los combustibles tras la invasión de Rusia a Ucrania.
Expectativas inflacionarias y política monetaria
Medina también observó que las expectativas inflacionarias en América Latina se vieron más afectadas por las presiones de la demanda, la depreciación del tipo de cambio y las disrupciones de la oferta global en comparación con el pasado. Además, el académico destacó que la política monetaria en la región es “más sensible a las expectativas de inflación y a las presiones de demanda” en comparación con las economías avanzadas, que parecen tener mayor credibilidad para implementar políticas monetarias de manera gradual.
Por último, Medina subrayó que la influencia de la tasa de interés de la Reserva Federal de los Estados Unidos en la política monetaria de América Latina es más pronunciada que en las economías avanzadas. Esto hace que a los países de la región les resulte más complicado adoptar políticas en dirección opuesta a las de la Fed. Esta dinámica ha contribuido a una normalización más lenta de las tasas de política monetaria en América Latina desde mediados de 2022, en comparación con lo que las condiciones macroeconómicas internas dictarían.
Importancia de la institucionalidad de los bancos centrales
Medina considera fundamental “resguardar la institucionalidad de los bancos centrales de la región por un mandato que promueva una inflación baja y estable”. Aunque la consolidación de la inflación en niveles objetivo aún no ha finalizado, las respuestas de la política monetaria durante 2022 y 2023 han mejorado la credibilidad de los bancos centrales en las principales economías de la región. Kaempfe complementó que “los bancos centrales en Latinoamérica lo hicieron muy bien en términos de disciplina, manejo de las expectativas y mantención de su credibilidad”.