El sesgo status quo nos lleva a resistir cambios, afectando decisiones cotidianas como donar órganos o aceptar pruebas gratis. Aprende a superarlo.
¿Qué tienen en común donar órganos y aceptar una semana de prueba de Netflix? La respuesta se encuentra en el concepto de sesgo status quo. Este fenómeno se refiere a la tendencia humana a resistir el cambio y a preferir que las cosas permanezcan como están, evitando generar incomodidad en la vida cotidiana. Este comportamiento se manifiesta en decisiones cotidianas, donde las personas pueden optar por mantener situaciones insatisfactorias por miedo a lo desconocido o simplemente por la inercia de lo habitual.
El sesgo status quo se puede observar en diversas situaciones. Por ejemplo, muchas personas se preguntan si son capaces de mantener algo que no les beneficia en sus vidas debido al miedo al cambio o a la resistencia a realizarlo. Este fenómeno se resume en la frase “mejor malo conocido que bueno por conocer”. A pesar de que puede parecer contradictorio, la naturaleza humana tiende a ser optimista respecto a las habilidades futuras y a mostrar una gran aversión a invertir energía en cambios. Esto lleva a que, aunque se planifiquen cambios en hábitos o nuevos proyectos, cuando llega el momento de actuar, la inercia de los hábitos establecidos puede ser más fuerte que la motivación para cambiar.
El sesgo status quo también limita las opciones disponibles. Las personas tienden a elegir lo que ya conocen, lo que les impide explorar alternativas que podrían ser más beneficiosas para sus objetivos. Este fenómeno es aprovechado por muchas empresas que ofrecen servicios bajo la modalidad de “prueba gratis”. Por ejemplo, una persona puede decidir suscribirse a una plataforma de streaming que ofrece una semana de prueba gratuita. A pesar de que la intención inicial puede ser cancelar la suscripción antes de que finalice el periodo de prueba, muchas veces, al llegar el séptimo día, la persona termina pagando la suscripción. Esto se debe a la inercia y a la dificultad de dar de baja un servicio, que está influenciada por el sesgo status quo.
Un estudio relevante sobre este tema se realizó en relación con la donación de órganos. Se observó que, cuando se preguntaba a un grupo de personas si estarían dispuestas a ser donantes de órganos, la mayoría respondía afirmativamente. Sin embargo, cuando se les pedía que se registraran para hacerlo, el número de personas que efectivamente se inscribía caía drásticamente. Para revertir esta situación, se planteó la pregunta de manera positiva: “¿Quién quiere ser donante?”. Los resultados fueron sorprendentes. En países como Alemania y los Países Bajos, donde se utilizaba un sistema de “opt-in” (las personas debían expresar su deseo de ser donantes), las tasas de adhesión eran inferiores al 15%. En contraste, en países como Austria y Bélgica, donde se implementó un sistema de “opt-out” (las personas debían manifestar que no querían ser donantes), las tasas de donación superaron el 90%.
Este fenómeno ilustra cómo el marco en el que se presentan las decisiones puede tener un impacto significativo en el comportamiento de las personas. Además, se ha identificado que el sesgo de pérdida, que se refiere al dolor que se siente al perder algo en comparación con la satisfacción que se obtiene al ganar, también juega un papel importante en la resistencia al cambio. La aversión a la pérdida es más intensa que la búsqueda de ganancias, lo que lleva a las personas a querer preservar lo que ya tienen.
Otro factor que contribuye a la resistencia al cambio es la mera exposición, que es la tendencia a preferir lo que ya se conoce. Este fenómeno se ha estudiado en diversas ocasiones, y se ha demostrado que la familiaridad con un producto o una situación puede generar una preferencia por ello, incluso si existen alternativas más ventajosas.
En 1988, los profesores William Samuelson y Richard Zeckhauser de la Universidad de Harvard llevaron a cabo un estudio para investigar el alcance del sesgo status quo. En este experimento, se pidió a grupos de estudiantes de la Escuela de Negocios que utilizaran un simulador financiero. Al entrar en el simulador, los participantes se encontraron con inversiones predeterminadas. A pesar de que se les presentaron diferentes escenarios de inversión con detalles sobre los beneficios de cada uno, muchos decidieron continuar con las inversiones predeterminadas. Este comportamiento se debió a la preferencia por evitar problemas y la inercia de lo conocido.
Para mitigar el impacto del sesgo status quo en la toma de decisiones, se sugieren algunas estrategias. Conocer las alternativas disponibles, pensar a largo plazo y enmarcar las posibles ganancias en lugar de enfocarse únicamente en las pérdidas son algunas de las recomendaciones que pueden ayudar a las personas a superar esta tendencia.
Finalmente, se menciona que las pruebas gratuitas pueden ser una herramienta útil si se gestionan adecuadamente. Se sugiere agendar las fechas de vencimiento de estas pruebas para evitar sorpresas y facilitar la cancelación si así se desea.


