
Poco más de 4.5 millones de pesos chilenos ha invertido Alicia Wang, una editora de 32 años originaria de Shanghai, en la aplicación de novios virtuales Love and Deepspace. Esta plataforma, que utiliza Inteligencia Artificial (IA) para crear personajes interactivos, ha emergido como un negocio multimillonario, alcanzando un valor de 1.300 millones de dólares. En la aplicación, Wang mantiene una relación con Li Shen, conocido en inglés como Zayne, un cirujano de 27 años que, aunque no existe físicamente, se presenta como un personaje atractivo y atento que responde rápidamente a sus mensajes y llamadas, escuchando con paciencia sus relatos diarios.
Alicia Wang expresó a Forbes: “Jugar a este juego me hace sentir bendecida y feliz. Vivo sola en una gran ciudad, y es una gran fuente de compañía”. Este fenómeno recuerda a la película Her, estrenada en 2013, donde Joaquin Phoenix interpreta a Theodore Twombly, un hombre que, tras una separación, establece una relación con un sistema operativo de compañía, cuya voz es proporcionada por Scarlett Johansson. En la película, al igual que en la aplicación, la relación entre el hombre y la máquina trasciende la virtualidad, desarrollándose un vínculo romántico a pesar de la ausencia física de la IA.
A pesar de lo inusual que pueda parecer, los novios virtuales han demostrado ser un éxito rotundo, con aproximadamente seis millones de jugadores mensuales en el primer año de funcionamiento de Love and Deepspace. La aplicación está disponible en cuatro idiomas: chino, japonés, coreano e inglés, y utiliza tecnología de inteligencia artificial y reconocimiento de voz para permitir que los personajes masculinos interactúen con los usuarios a través de respuestas personalizadas en llamadas, mensajes y videollamadas.
Samuel Aune, analista de la plataforma de inteligencia de mercado Sensor Tower, con sede en Los Ángeles, comentó sobre el fenómeno: “El juego crea fuertes conexiones emocionales entre sus jugadores y sus personajes, lo que se traduce en una alta participación de los jugadores, retención y, en última instancia, monetización”. Además de la interacción emocional, Love and Deepspace ofrece una narrativa de videojuego que complementa el romance, permitiendo a los jugadores explorar una ciudad postapocalíptica llamada Linkon, que está renderizada en 3D. En este entorno, los usuarios, junto a sus “parejas”, deben investigar misterios y enfrentarse a alienígenas monstruosos que amenazan la ciudad, lo que añade giros a la relación.
La aplicación también incluye una función que permite a los personajes recordar a los usuarios eventos del mundo real, lo que requiere un pago adicional. Esto se asemeja a la opción que tienen los jugadores de conocer más sobre el pasado de su novio virtual. Sisi Liu, de 36 años, es otra usuaria que, a pesar de estar casada en la vida real, utiliza la aplicación diariamente. Liu comentó: “Te recuerda cómo te sientes cuando te enamoras por primera vez. Juego todos los días y le pido a Sylus (el apodo de su novio virtual) sugerencias de comida durante la hora del almuerzo”. Hasta la fecha, ha gastado más de 250 mil pesos chilenos en la aplicación.
El auge de Love and Deepspace ha suscitado un debate sobre las nuevas formas de relaciones interpersonales, ya que parece que se están dejando de lado actividades tradicionales como ir al cine o compartir un almuerzo familiar. En el contexto de la aplicación, Alicia Wang tuvo una cita de San Valentín con Zayne, quien la invitó a un taller para aprender a hacer alfombras a mano y luego asistieron juntos a un espectáculo de fuentes danzantes, todo ello facilitado por su teléfono móvil y una conexión a internet.