La localidad alpina de Hallstatt, en Austria, enfrenta un creciente desafío por el turismo masivo, que atrae a más de un millón de visitantes diarios, superando con creces su población de 740 habitantes.
Hallstatt, reconocida por su rica historia de más de 7.000 años y declarada Patrimonio de la Humanidad en 1997, se encuentra en la región de Alta Austria, a orillas del lago que lleva su nombre. Según el diario austríaco Kurier, el alcalde Alexander Scheutz ha señalado que el flujo de turistas no ha disminuido, incluso en invierno. “¡Ya llegó el invierno, y sin embargo, en Hallstatt todo sigue igual!”, comentó Scheutz, añadiendo que durante las festividades de Navidad y Año Nuevo, la afluencia de visitantes es comparable a la de pleno verano.
Se estima que Hallstatt cerrará el año 2025 con un récord de aproximadamente 1,2 millones de visitantes anuales, lo que proporciona una sólida base financiera al municipio. A diferencia de otros 200 municipios de Alta Austria que enfrentan déficits, Hallstatt prevé ingresos de 6,7 millones de euros y gastos de 6,1 millones para 2026.
Sin embargo, el turismo masivo ha comenzado a generar descontento entre los residentes. El alcalde ha destacado que uno de los principales problemas es la gestión del tráfico, ya que la limitación de 54 autobuses diarios que pueden ingresar a la localidad no ha sido suficiente. A pesar de esta restricción, muchos autobuses llegan sin reserva, lo que provoca congestiones en las carreteras. “Tengo 15 empleados cuyo único trabajo es gestionar autobuses y coches, y garantizar la fluidez del tráfico”, enfatizó Scheutz.
Además, el alcalde ha mencionado las limitaciones legales que enfrenta el Ayuntamiento para implementar medidas más estrictas, como exigir reservas para automóviles o cerrar la carretera de acceso cuando la localidad esté llena. “El espacio público es de suma importancia. Y no está legalmente permitido cobrar entradas en espacios públicos” en Austria, explicó, contrastando con ciudades como Venecia, donde se puede cobrar una tarifa de acceso debido a su condición de isla.
La situación en Hallstatt refleja un dilema común en destinos turísticos populares, donde el equilibrio entre el desarrollo económico y la calidad de vida de los residentes se vuelve cada vez más complicado.

