Los glaciares de los Andes son vitales para las comunidades y ecosistemas de Sudamérica, ya que proporcionan agua a diversas regiones, especialmente durante las estaciones secas. Sin embargo, el cambio climático, impulsado por actividades humanas, está acelerando el deshielo de estos glaciares, lo que podría amenazar la disponibilidad de este recurso esencial para las personas y el medio ambiente. Un nuevo estudio publicado en la revista especializada Scientific Reports ha revelado que se espera una pérdida significativa de masa glaciar en las próximas décadas. Estos glaciares se encuentran a lo largo de la cordillera y se agrupan en tres zonas: Húmedos, Secos y Tropicales.
Los investigadores, que pertenecen a instituciones de Chile, Francia y Bélgica, presentaron proyecciones sobre el futuro del agua proveniente de los glaciares en Chile y Argentina, donde se estima que el escurrimiento podría disminuir hasta un 32% debido a la reducción de las precipitaciones. En el caso del glaciar Tupungato, se anticipa un aumento de hasta un 37% en la variabilidad del suministro de agua. En Perú, Bolivia y Ecuador, se prevé una disminución del 43% en el suministro de agua debido a las altas temperaturas y la escasez de precipitaciones.
En un diálogo con Infobae, el primer autor del estudio, el científico chileno Alexis Caro, comentó: “Hacia mediados del siglo XXI se observarían cuencas con dos tipos de comportamiento. Algunas mostrarán un aumento en la entrega de ríos en verano. Eso daría una falsa sensación de seguridad, ya que la misma tendrá una reducción en el aporte desde fines de siglo. Esto ocurriría porque el tamaño de los glaciares se reduciría”. Mientras tanto, “las otras cuencas entregarán o están entregando su máxima capacidad a los ríos. Hacia finales de siglo, el caudal de los ríos vendrá tan bajo que todos los ecosistemas verán seriamente alteradas sus dinámicas. Crecería la disputa por el uso del agua para riego y consumo humano”, alertó.
La cordillera de los Andes alberga alrededor de 18,799 glaciares que cubren 29,360 kilómetros cuadrados de hielo, según el Inventario Global de Glaciares. Los investigadores analizaron 778 glaciares en toda la región andina, desde el norte hasta el sur. Estas áreas abarcan las principales zonas glaciológicas de los Andes, incluyendo las zonas Tropicales. Los científicos se propusieron comprender cómo afectará la disminución de los glaciares a las comunidades que dependen de ellos, ya que el agua proveniente de los glaciares es una fuente crucial para estas regiones. Sin embargo, se sabe que esta fuente está disminuyendo debido al cambio climático.
A pesar de que existen estudios globales sobre el tema, los investigadores consideraron que no se había realizado un análisis específico sobre cómo afectaría el cambio climático a los glaciares andinos. Por ello, decidieron proyectar cómo cambiará esta situación en las próximas décadas (entre 2030 y 2049) para entender mejor el impacto que tendrá en las comunidades locales que dependen de la supervivencia de estos glaciares.
Para llevar a cabo la investigación, utilizaron un modelo llamado “Open Glacier Model” (OGGM) para simular el comportamiento de los glaciares. Emplearon datos históricos de temperatura y ocho modelos climáticos (GCMs) ajustados a las condiciones locales. Además, proyectaron escenarios entre los años 2020 y 2049 para estimar el pico hídrico. Esta metodología permitió predecir futuros cambios en el suministro de agua. El hallazgo principal indica que más del 95% de los glaciares andinos alcanzarán su pico de deshielo antes de 2030, lo que sugiere una posible disminución en el suministro de agua. Sin embargo, los investigadores mencionan limitaciones en su estudio, como que la aproximación del hielo superficial utilizada por el OGGM captura dinámicas complejas que pueden afectar la precisión de las proyecciones. La calibración del grosor se basa en estimaciones que pueden sobrestimar el volumen en algunas áreas. También hay incertidumbres derivadas de las proyecciones de futuras precipitaciones.
En cuanto a las implicancias de estos hallazgos, el doctor Lucas Ruiz, geólogo e investigador del Instituto Argentino de Nivología, Glaciología y Ciencias Ambientales (IANIGLA), que depende de Conicet y de la Universidad Nacional de Cuyo, valoró la publicación y comentó: “Es la primera vez que se hace un estudio de este tipo que sirve de guía para trabajos detallados sobre la respuesta de los glaciares andinos”. También destacó la contribución del caudal de los ríos, señalando que “el caudal es, mayormente, producto de la nieve y las lluvias, dependiendo de si el año ha sido meteorológicamente favorable o no. Como solo se analiza el glaciar, no se puede decir si el río va a aumentar o disminuir en el futuro, básicamente porque depende de otras fuentes”.
De acuerdo con Caro, “ahora es necesario que aumenten los fondos para la ciencia aplicada asociada a la montaña en Argentina. Esto va de la mano con el fortalecimiento de la gobernabilidad por parte de los Estados. Es fundamental que se sigan investigando estas cuestiones, ya que son escasos los recursos”. Además, Leandro Gómez, coordinador del área de Inversiones y Derechos de la Fundación Ambiente y Recursos Naturales (FARN), mencionó que en Argentina rige la Ley 2010, que fue aprobada por el Congreso, pero que ha recibido embates permanentes de sectores, principalmente del sector minero, y del apoyo de funcionarios públicos tanto a nivel nacional como provincial. Es importante, recalcó, que se cumpla la ley para proteger los glaciares, ya que “debemos ser conscientes del rol clave que tienen en el abastecimiento de agua dulce, la regulación de los ciclos hidrológicos y la protección de la biodiversidad”.


