La Academia Sueca ha otorgado el Premio Nobel de Ciencias Económicas a los economistas del MIT, Daron Acemoglu y Simon Johnson, junto con James A. Robinson de la Universidad de Chicago, por sus estudios sobre la formación de instituciones y su impacto en la prosperidad. Robinson, en una reciente conversación con Diario Financiero, profundizó en el desarrollo de Chile, país que ha sido objeto de su análisis y que visitó hace menos de un mes para participar en un seminario con exministros de Hacienda, Andrés Velasco e Ignacio Briones. Durante esta charla, Robinson abordó temas que van desde los intentos fallidos de cambio constitucional hasta el reciente escándalo relacionado con el señor Hermosilla.
Chile y su desarrollo institucional
En su libro Por qué fracasan los países, coescrito con Acemoglu, Robinson hace varias referencias a Chile, destacando su fortaleza institucional como un ejemplo en la región. A pesar de los cambios ocurridos desde la publicación del libro en 2012, Robinson mantiene una visión optimista sobre el país. “Soy optimista sobre Chile”, afirma, señalando que “Chile es como un estado de derecho con favoritismo y hay que estar con las personas favorecidas para tener éxito. Ese aspecto tiene que desaparecer”.
Robinson sugiere que Chile necesita una estrategia clara para identificar los sectores en los que puede crecer y cómo aprovechar las habilidades y talentos disponibles. Comenta que los australianos han logrado un desarrollo notable al invertir en educación y en industrias especializadas, lo que ha permitido a empresas como BHP y Rio Tinto convertirse en líderes globales en minería.
Progreso y desafíos en el debate constitucional
Al ser cuestionado sobre si Chile está más cerca o lejos del desarrollo en comparación con 2012, Robinson responde que el país ha progresado enormemente. Sin embargo, también menciona que el debate constitucional no ha concluido y que es un proceso complejo. “Escribir una Constitución es difícil”, dice, y destaca que el debate actual se centra en problemas reales, a diferencia de otros países de la región donde los debates son más simbólicos.
Robinson señala que, a pesar de los desacuerdos en la sociedad chilena, el conflicto social puede ser visto como una llamada de atención sobre las estructuras oligárquicas que aún persisten. “Hay muchas barreras para la movilidad social”, explica, y menciona que la Revolución Pingüina, liderada por estudiantes, fue un indicativo de que los jóvenes son conscientes de las limitaciones que enfrentan en su búsqueda de éxito.
Desigualdad y movilidad social
El economista también aborda la cuestión de la desigualdad en Chile, que aunque ha disminuido, sigue siendo alta. Robinson enfatiza que muchas de las barreras a la movilidad social son de naturaleza sociológica y están arraigadas en prácticas informales. “No se puede cambiar la sociedad necesariamente reescribiendo la Constitución”, aclara, y subraya la importancia de reconocer los problemas existentes como primer paso hacia su solución.
El papel del sector privado y la corrupción
Robinson menciona que el sector privado en Chile ha enfrentado varios escándalos de corrupción, lo que ha contribuido al favoritismo. Durante su visita, se refirió al escándalo con el señor Hermosilla como un ejemplo de la necesidad de un cambio en la forma en que opera el sector privado. Compara la situación de Chile con la de Australia, sugiriendo que el sector privado chileno debe adoptar una perspectiva más global y ambiciosa.
En cuanto a la corrupción, Robinson destaca que, aunque Chile ha sido un ejemplo en comparación con otros países de América Latina, siempre existe el riesgo de corrupción. “La corrupción es un síntoma de debilidad institucional”, afirma, y sugiere que los chilenos deben examinar más de cerca sus instituciones para evitar caer en prácticas corruptas.
Perspectivas de crecimiento y desarrollo
Robinson también se refiere al debate sobre si Chile está creciendo lo suficientemente rápido. Asegura que el país depende en gran medida de sus recursos naturales, lo que limita su potencial de crecimiento. “Chile tiene que averiguar en qué es bueno y en qué puede ser bueno y cómo aprovechar lo que tiene y ampliarlo”, indica, sugiriendo que una estrategia clara es esencial para un crecimiento más acelerado.
Finalmente, Robinson reflexiona sobre el impacto de su libro Por qué fracasan los países, que ha alcanzado una notable popularidad y ha sido reconocido con el Premio Nobel. Reconoce que no anticipó el éxito de la obra, pero destaca la importancia de presentar ideas complejas de manera accesible. En su análisis, distingue entre instituciones inclusivas y extractivas, señalando que las naciones fracasan cuando las reglas concentran el poder en manos de unos pocos, excluyendo a la mayoría de las oportunidades económicas.


