La reciente reunión entre Michelle Bachelet y Jeannette Jara ha generado un debate significativo en el ámbito político chileno, especialmente en relación a la candidatura de Bachelet a la Secretaría General de la ONU. Este encuentro, que tuvo lugar en la antesala de la segunda vuelta electoral, ha evidenciado diferencias notables entre los sectores de Chile Vamos y los Republicanos, quienes han expresado sus posturas sobre el apoyo que Bachelet busca del próximo gobierno chileno, ya sea con Jara o con José Antonio Kast en La Moneda.
El presidente de Republicanos, Arturo Squella, comentó que el encuentro era “totalmente esperable” y subrayó que “tampoco altera la posición que hemos dicho desde el primer momento que se supo que podía ser candidata a un cargo internacional”. Squella enfatizó que cualquier decisión sobre el respaldo a la candidatura de Bachelet debe ser tomada tras llegar a la Presidencia y evaluar la conveniencia de dicha postulación para Chile.
Por otro lado, la bancada de Renovación Nacional (RN) adoptó una postura más crítica, solicitando al canciller Alberto van Klaveren que exija a Bachelet una “prescindencia y neutralidad” total. Frank Sauerbaum, jefe de la bancada RN, fue contundente al afirmar que “la ex presidenta Bachelet no aprende, y no entiende que si aspira a un cargo como Secretaria General de la ONU, necesita dar señales de prescindencia y neutralidad”. Sauerbaum advirtió que si Bachelet no cumple con este requisito, la bancada no podrá apoyar su candidatura.
Desde la Unión Demócrata Independiente (UDI), se compartió una visión similar, indicando que para representar a Chile en las Naciones Unidas, Bachelet debe mantenerse al margen del proceso electoral actual, ya que su candidatura debe contar con el respaldo del nuevo gobierno que asumirá el 11 de marzo.
Este intercambio de opiniones refleja la complejidad del panorama político chileno en el contexto de la segunda vuelta electoral, donde las estrategias de traspaso de votos podrían favorecer a Kast, quien actualmente lidera las preferencias. La situación se complica aún más con la búsqueda de Bachelet de apoyo internacional, lo que añade una capa de tensión a las dinámicas políticas internas.
En el marco de este debate, se observa que la política chilena sigue siendo un campo de intensas negociaciones y posicionamientos, donde las aspiraciones personales de los líderes pueden influir en el futuro del país y su representación en el ámbito internacional.


