La Oficina Nacional Anticorrupción de Ucrania (NABU) y la Fiscalía Anticorrupción del país (SAP) realizaron este viernes registros en la oficina de Andrí Yermak, jefe de la oficina presidencial, como parte de una investigación en curso. La NABU emitió un comunicado breve donde confirmó que estas acciones están autorizadas y se llevan a cabo en el marco de una investigación más amplia.
En el comunicado, la NABU indicó: “La NABU y la SAP llevan a cabo medidas de investigación, registros, al jefe de la oficina del presidente de Ucrania. Las medidas están autorizadas y se llevan a cabo en el marco de una investigación”. Según el medio ucraniano Dzerkalo Tyzhnia, los registros se realizaron tanto en la oficina de Yermak como en su apartamento en la sede presidencial, donde reside desde el inicio del conflicto bélico.
Los medios locales vinculan estas acciones de la NABU con una investigación reciente sobre una supuesta red de corrupción que habría estado cobrando sobornos a contratistas de la empresa pública de energía atómica durante la guerra. Esta trama estaría supuestamente liderada por Timur Mindich, un exempresario y antiguo socio de Volodimir Zelenski, presidente de Ucrania, e incluiría a figuras como el exministro de Energía Herman Galushchenko y otros exintegrantes del gobierno.
El jefe de la NABU, Semen Krivonos, declaró esta semana que las investigaciones sobre esta red de corrupción continuarían y que se estaban preparando nuevas imputaciones. Krivonos también afirmó que la investigación no se vería afectada por cuestiones de “geopolítica”, en referencia a las delicadas negociaciones entre Estados Unidos y Ucrania sobre la posibilidad de ceder territorio a Rusia para poner fin al conflicto.
En un discurso reciente, Zelenski hizo un llamado a la unidad interna para fortalecer la posición de Ucrania en las negociaciones, en medio de un plan de paz propuesto por Estados Unidos que se alinea con las demandas rusas. En julio, el presidente ucraniano intentó subordinar a la NABU al fiscal general, un movimiento que fue frustrado por la presión de los ciudadanos y los socios europeos, y que fue interpretado como un intento de frenar investigaciones que podrían afectar a su círculo cercano.


