En la reciente edición de los Ig Nobel Prize 2025, celebrada en la Universidad de Boston, se reconocieron investigaciones científicas que combinan el humor con la reflexión. Estos premios, que se otorgan anualmente, son una parodia de los Premios Nobel y tienen como objetivo destacar logros científicos que “primero hacen reír y luego hacen pensar”. La ceremonia, organizada por la revista Annals of Improbable Research, conmemoró su edición número 35, entregando un total de diez premios en diversas categorías que abarcan temas inusuales y sorprendentes en la ciencia.
Entre los galardonados, el Premio de Aviación fue otorgado a Francisco Sánchez, Mariana Melcón, Carmi Korine y Berry Pinshow por su investigación sobre los efectos del alcohol en la capacidad de vuelo y la ecolocalización de los murciélagos frutales egipcios. Este estudio reveló que la embriaguez afecta negativamente estas habilidades, lo que podría tener implicaciones significativas para comprender el impacto del etanol en sistemas sensoriales complejos.
En el ámbito de la Biología, el premio fue para Tomoki Kojima y su equipo japonés, quienes pintaron vacas con rayas de cebra con el fin de repeler moscas. Su investigación confirmó que los patrones visuales pueden alterar el comportamiento de los insectos, lo que tiene aplicaciones potenciales en la ganadería sostenible.
Desde la Pediatría, Julie Mennella y Gary Beauchamp fueron reconocidos por su estudio que demostró que el consumo de ajo por parte de madres lactantes aromatiza la leche, lo que incrementa el disfrute de los bebés y podría influir en sus preferencias alimenticias futuras.
En el campo de la nutrición, el Premio de Nutrición fue otorgado a Daniele Dendi, Gabriel H. Segniagbeto, Roger Meek y Luca Luiselli por investigar las preferencias de los lagartos arcoíris en Togo respecto a diferentes coberturas de pizza. Su hallazgo reveló que estos reptiles, que normalmente son insectívoros, prefieren la variedad de cuatro quesos, sugiriendo adaptaciones conductuales en entornos humanos y ofreciendo posibles perspectivas sobre la evolución de la dieta.
En el área de la Física, un equipo italiano liderado por Giacomo Bartolucci estudió la dinámica de la salsa cacio e pepe, centrándose en las transiciones de fase que causan agrupamientos indeseados. Su investigación, publicada en Physics of Fluids, proporciona un marco teórico que podría optimizar las preparaciones culinarias, mostrando cómo los principios físicos pueden aplicarse a problemas domésticos.
El Premio de Química fue otorgado a Rotem Naftalovich, Daniel Naftalovich y Frank Greenway por sus experimentos con teflón (politetrafluoroetileno) como aditivo alimenticio para aumentar el volumen sin añadir calorías, explorando su potencial en el control de peso, aunque con advertencias sobre su seguridad.
En Ingeniería de Diseño, Vikash Kumar y Sarthak Mittal abordaron el impacto de los zapatos con mal olor en la experiencia de uso de estantes, proponiendo rediseños ergonómicos para mitigar olores, lo que representa un enfoque innovador en el diseño centrado en el usuario.
El Premio de Paz fue concedido a Fritz Renner por demostrar que el consumo moderado de alcohol puede mejorar la fluidez en el aprendizaje de idiomas extranjeros, específicamente el neerlandés, posiblemente al reducir inhibiciones.
En el ámbito de la Literatura, se honró póstumamente a William B. Bean por su meticuloso estudio sobre el crecimiento de una uña durante 35 años, un análisis detallado de los ritmos biológicos. Finalmente, el Premio de Psicología fue otorgado a Marcin Zajenkowski y Gilles Gignac por investigar las reacciones al elogiar la inteligencia de personas narcisistas.


