Microorganismos como hongos y moho pueden habitar tu baño. Aprende a eliminarlos con un sencillo truco casero y prevén problemas de salud y materiales.
¿Sabías que cuando utilizas el baño no estás solo? En realidad, estás rodeado de microorganismos que se encuentran principalmente en las superficies de este espacio. Estos microorganismos incluyen hongos y moho. Según el Departamento de Salud de Nueva York, los hongos son “organismos microscópicos que viven en la materia animal o vegetal”. Además, se indica que pueden desarrollarse en materia orgánica como el suelo, los alimentos o en la materia vegetal.
El moho, por su parte, se reproduce mediante esporas que se dispersan a través del aire, el agua o los insectos. Estas esporas actúan como semillas que facilitan el crecimiento de moho, un tipo de hongo, en condiciones que son propicias para su desarrollo. Las condiciones más favorables para el crecimiento del moho incluyen alta humedad, condensación o agua proveniente de tuberías, así como la presencia de materia orgánica, que puede encontrarse en paneles de techo, yeso, empapelados o alfombras, según lo señala el Departamento de Salud.
Un informe de la Organización Mundial de la Salud (OMS) publicado en 2009, y que fue mencionado por El Diario de España, indica que “existe evidencia clínica de que la exposición al moho y otros agentes microbianos relacionados con la humedad aumenta los riesgos de enfermedades raras, como la neumonitis por hipersensibilidad, la alveolitis alérgica, la rinosinusitis crónica y la sinusitis alérgica fúngica”. Entre los diversos tipos de moho, el más común que se encuentra en los baños es el que presenta un color negro y tiene un aspecto relativamente seco. Este tipo de moho prospera en condiciones donde no recibe luz directa, hay agua de condensación y existe poca ventilación.
La presencia de hongos en el baño es habitual, y se pueden localizar en las paredes, en la bañera, cerca del espejo y, especialmente, en el techo. La proliferación de moho no solo puede ocasionar problemas de salud en las personas, sino que también puede dañar los materiales donde se encuentra. Por lo tanto, es fundamental eliminarlo lo antes posible.
Para eliminar el hongo, se sugiere un método casero que consiste en mezclar en una botella con rociador 1/4 de agua tibia, 3/4 de vinagre blanco y dos cucharadas de bicarbonato de sodio. Una vez que se han combinado los ingredientes en la botella, se debe rociar la zona afectada por el hongo, dejar actuar durante aproximadamente 20 minutos y luego frotar con un cepillo de cerdas suaves para eliminar las manchas negras en la silicona o en las baldosas del baño. El vinagre blanco, así como el vinagre de manzana, poseen propiedades antibacterianas que contribuyen a la eliminación de los hongos, lo que ha llevado al desarrollo de nuevos productos, como el vinagre de limpieza.
Además de esta solución casera, existen diversos productos químicos diseñados para eliminar hongos, como Clorox antihongos o el limpiador desinfectante de Sanytol. Sin embargo, es importante tener en cuenta que la eliminación del hongo no será suficiente si este ha crecido una vez, ya que es probable que vuelva a aparecer. Por esta razón, se recomienda ventilar el baño, utilizar un deshumidificador si se dispone de uno, y evitar la condensación. Algunas medidas adicionales incluyen mantener la puerta del baño abierta o entreabierta para permitir la salida del vapor, secar la ducha después de cada uso, desinfectar las cortinas de baño y toallas, no acumular ropa húmeda o mojada, y estar siempre atento a la posible presencia de hongos.


