
El envejecimiento es un proceso natural que afecta a todos los seres humanos, y con el paso del tiempo, actividades que antes eran rutinarias pueden volverse más complejas. Este proceso trae consigo una serie de cambios físicos, como la aparición de dolores en las articulaciones, la pérdida de masa y fuerza muscular, y la disminución de la densidad ósea, entre otros factores. Un estudio realizado por Stanford Medicine ha revelado que durante las décadas de los 40 a los 60 años, muchas de nuestras moléculas y microorganismos experimentan variaciones significativas.
Investigación sobre el envejecimiento
El estudio analizó miles de moléculas de individuos con edades comprendidas entre los 25 y 75 años, identificando dos momentos críticos en el proceso de envejecimiento. A los 40 años, se observan cambios en el metabolismo, en las hormonas y en la composición del microbioma intestinal. Por otro lado, a los 60 años, se presenta una disminución en la función inmunológica, lo que incrementa el riesgo de desarrollar enfermedades crónicas, incluyendo enfermedades cardiovasculares y neurodegenerativas.
Proyecciones de la población anciana
La Organización Mundial de la Salud (OMS) ha proyectado que para el año 2030, una de cada seis personas en el mundo tendrá 60 años o más. En este contexto, la Asamblea General de las Naciones Unidas ha declarado el periodo 2021-2030 como la “Década del Envejecimiento Saludable“, un proyecto que tiene como objetivo promover una vida más larga y plena para las personas mayores.
Ejercicios recomendados para mitigar el deterioro físico
Para contrarrestar los efectos del envejecimiento, se recomienda que un adulto mayor realice un promedio de 150 minutos de actividad aeróbica de intensidad moderada cada semana, además de dos días dedicados a actividades de fortalecimiento muscular. Según el portal de noticias CNN, existen al menos cuatro tipos de ejercicios que pueden ser beneficiosos:
1. Entrenamiento de resistencia
Este tipo de entrenamiento es fundamental para combatir la pérdida de masa muscular. Se pueden incluir levantamientos de pesas, ejercicios con bandas de resistencia y ejercicios que utilizan el peso corporal, como flexiones y sentadillas. Es recomendable comenzar con pesos ligeros y aumentar gradualmente a medida que se gana fuerza.
2. Trabajo de movilidad articular
Ejercicios que impliquen flexionar y estirar los codos, así como movimientos circulares de la cabeza, son algunas de las recomendaciones. Además, se sugiere practicar yoga o pilates para mantener los músculos y articulaciones en buen estado y con buena movilidad.
3. Ejercicios de equilibrio
Además de los ejercicios tradicionales de equilibrio, como mantenerse en una sola pierna, se pueden realizar rutinas sobre superficies inestables, como una pelota de estabilidad, lo que ayuda a mejorar la fuerza central y la coordinación.
4. Actividad cardiovascular
Las actividades cardiovasculares son esenciales para la salud del corazón, mejoran la circulación, aumentan la quema de calorías y la resistencia general. Se recomiendan actividades como caminar, nadar o andar en bicicleta para los adultos mayores.
Antes de iniciar cualquier rutina de ejercicios, es crucial consultar a un médico especialista para asegurar que el proceso sea seguro y esté adecuadamente supervisado.