
En Argentina, más de cinco millones de personas sufren de enfermedad renal crónica (ERC), lo que representa aproximadamente una de cada ocho personas adultas. A nivel mundial, se estima que 845 millones de individuos viven con esta afección, y se prevé que, si continúa la tendencia actual, la ERC se convertirá en la quinta causa de muerte en el mundo para el año 2040. La mayoría de las personas afectadas no son conscientes de su condición, ya que los primeros síntomas suelen ser silenciosos y se manifiestan cuando el daño renal ya es avanzado. Por esta razón, los expertos insisten en la necesidad de adoptar hábitos saludables y prestar atención a las principales afecciones que pueden deteriorar la salud de los riñones.
Funciones vitales de los riñones
Los riñones desempeñan funciones esenciales en el organismo, tales como eliminar desechos de la sangre, regular el balance de líquidos y electrolitos, así como sintetizar hormonas que controlan la presión arterial y la producción de glóbulos rojos. Para conservar su buen funcionamiento, la Sociedad Argentina de Nefrología (SAN) recomienda seguir una serie de pautas simples que pueden ayudar a reducir el riesgo de desarrollar enfermedades renales.
Recomendaciones para cuidar los riñones
Entre las recomendaciones se incluyen:
– Realizar actividad física de forma habitual.
– Controlar los niveles de glucemia.
– Mantener una alimentación saludable.
– Reducir el consumo de sal.
– Hidratarse adecuadamente.
– Evitar el tabaquismo y el uso indebido de medicamentos.
– Realizar controles médicos regulares.
– Cuidar la salud cardiovascular, ya que diversas patologías pueden deteriorar progresivamente la función renal.
El doctor Víctor Lorenzo Sellarés, del Hospital Universitario Canarias, explicó que la ERC “es el destino final común de una constelación de enfermedades que afectan al riñón y son irreversibles”. Las causas más frecuentes de la enfermedad en estadios avanzados incluyen:
– Nefropatía diabética.
– Hipertensión.
– Glomerulonefritis.
– Nefropatías congénitas y hereditarias.
– Nefropatías intersticiales.
– Obstrucciones urinarias crónicas.
– Infecciones de repetición.
– Enfermedades sistémicas que también están estrechamente relacionadas con condiciones metabólicas y cardiovasculares, como la insuficiencia cardíaca y la diabetes tipo 2, según advirtió Carlos Bonanno, presidente de la SAN.
Desafíos en el diagnóstico precoz
Uno de los desafíos en el manejo de la ERC es el diagnóstico precoz, ya que en los estadios iniciales la enfermedad puede no presentar síntomas. La Mayo Clinic, una institución médica de referencia en Estados Unidos, advierte que los síntomas suelen manifestarse en etapas avanzadas.
Los signos de la enfermedad renal pueden incluir la presencia de orina espumosa debido a la proteinuria. Según Bonanno, “la enfermedad se clasifica en estadios; en tres de ellos no se presentan síntomas. Cuando comienzan a aparecer —por ejemplo, orina espumosa por proteinuria— estamos ante un estadio 3b, que marca un daño irreversible”.
El diagnóstico se realiza mediante análisis de sangre que permiten medir la creatinina y la presencia de proteínas como la albúmina, que son marcadores clave del deterioro renal en pacientes con factores de riesgo. Estos estudios deberían integrarse en los chequeos médicos rutinarios.