Investigadores han mapeado genéticamente 23 especies de la bacteria que causa la enfermedad de Lyme, mejorando el diagnóstico y tratamiento de esta infección.
Las 23 especies conocidas de la bacteria que causan la enfermedad de Lyme han sido mapeadas genéticamente, lo que representa un avance significativo para mejorar el diagnóstico y la investigación en este campo. Steven Schutzer, coautor del estudio y profesor en la Facultad de Medicina de la Universidad Rutgers en Nueva Jersey, destacó que “esta investigación de secuenciación exhaustiva y de alta calidad de las bacterias relacionadas ayudará a impulsar el campo”. Según los investigadores, la enfermedad de Lyme sigue siendo transmitida por garrapatas, siendo la forma más común de contagio en el mundo, infectando a cientos de miles de personas cada año. La bacteria Borrelia burgdorferi es la responsable de la transmisión a los humanos a través de la picadura de estos ácaros.
Los síntomas iniciales de la enfermedad de Lyme pueden incluir fiebre, dolor de cabeza, erupción cutánea y fatiga. Sin embargo, los efectos a largo plazo pueden ser debilitantes, afectando las articulaciones, el corazón y el sistema nervioso. Dentro del grupo de Borrelia, hay varias especies que pueden infectar a los humanos. Los investigadores han secuenciado los genomas completos de todos los miembros de este grupo, incluidas las especies que causan la mayoría de las enfermedades en las personas.
Los hallazgos iniciales han comenzado a revelar información importante. Las comparaciones genómicas sugieren que estas bacterias tienen raíces muy antiguas, posiblemente originándose en un periodo distante cuando los continentes estaban agrupados como el supercontinente Pangea. Además, se ha observado que estas bacterias son expertas en compartir material genético, lo que les permite adaptarse rápidamente a nuevos y cambiantes entornos. Weigang Qiu, autor principal del estudio y biólogo de la Ciudad de Nueva York, indicó que “al comprender cómo estas bacterias evolucionan e intercambian material genético, estamos equipados para predecir y responder a cambios en su comportamiento, incluidos los potenciales para causar enfermedades en humanos”.
Los datos genéticos obtenidos podrían conducir a nuevas estrategias de prevención y tratamiento, según apuntaron los investigadores. Identificar los genes que permiten a ciertas cepas estar equipadas para causar infecciones podría facilitar el desarrollo de mejores terapias. Benjamin Luft, de la Facultad de Medicina de Stony Brook, mencionó que “se trata de un estudio seminal, un cuerpo de trabajo que permitirá a los investigadores adaptar sus enfoques contra todas las causas de la enfermedad de Lyme, estableciendo un marco hacia enfoques similares para otras infecciones provocadas por patógenos”.
Los hallazgos de este estudio han sido publicados en la edición de agosto de la revista mBio.


