Pepe Tapia, ícono del humor chileno, dejó una huella imborrable en la televisión con sus memorables personajes y su inconfundible estilo cómico.
El comediante Pepe Tapia se destacó como uno de los referentes del humor en Chile durante las décadas de 1970 y 1980, siendo recordado por sus icónicos personajes que lograron hacer reír a los televidentes en diversos programas de televisión de la época. Nacido el 3 de abril de 1942, José Alejandro Tapia Bustamante fue hijo único de Clara Bustamante y Angelino Tapia. Desde joven, Tapia mostró interés por el arte de hacer reír, comenzando su carrera a los 15 años en el circo, donde creó uno de sus primeros personajes, Tony Bombín, que lo llevó a la popularidad en programas como “Mediomundo”.
A lo largo de su trayectoria, Pepe Tapia participó en una variedad de programas humorísticos que marcaron la televisión chilena, tales como Telemimundo, El tribunal de la risa, El show de Gloria Benavides, Jappening con Ja, Dingolondango, Éxitos y Vamos a ver. También tuvo una destacada participación en Sábado Gigante, donde se hizo notar por sus sketches junto a Guillermo Bruce y Gilberto Guzmán. Entre sus personajes más memorables se encuentran Ruperto, un eterno novio que cantaba “ya no habrá luna de miel” mientras mantenía la esperanza de encontrar una esposa, y el mago fallido Pepiosky Tapiosky, así como el mecánico Parachoque Muñoz y el boxeador Comboy Tapia. Su célebre frase “la televisión penetra” se convirtió en un símbolo de su humor.
Además de su trabajo en televisión, Tapia también incursionó en la publicidad durante los años 80 y tuvo su debut como actor en un papel secundario en la serie Las historias de Sussi en 1998. Su carrera cinematográfica incluye una participación en la película Sonrisas de Cine, dirigida por José Bohr en 1970, y en el teleteatro de la obra La pérgola de las flores, producida por TVN en 1975. Como ferviente hincha del club Colo Colo, Tapia fue uno de los primeros panelistas que representó al equipo en el programa Show de goles.
En 1986, Pepe Tapia se presentó en el Festival de Viña del Mar, donde su actuación fue aclamada y se llevó una antorcha, uno de los mayores reconocimientos de su carrera. En una de sus últimas entrevistas, Tapia compartió su experiencia en el festival, recordando que al ver al público sintió ganas de huir, pero al final, su actuación fue bien recibida, lo que llevó a una celebración en su hogar.
Su estilo de humor fue comparado con el de Jerry Lewis, siendo apodado el “Jerry Lewis chileno”. Don Francisco, conocido animador chileno, destacó que Tapia “no necesitaba hablar para hacerte reír”, mientras que Fernando Alarcón mencionó que su humor blanco era similar al del famoso comediante estadounidense.
Sin embargo, en sus últimos años, Pepe Tapia enfrentó una dura batalla contra el Alzheimer, enfermedad que le fue diagnosticada en 2006. Su deterioro cognitivo lo llevó a alejarse de los escenarios y, eventualmente, fue internado en un centro especializado en la comuna de Las Condes. Su hija Clara Tapia, en una entrevista, describió el impacto del diagnóstico en la familia, señalando que fue “como una bomba atómica” que afectó a todos. Clara relató que su padre, a veces, mostraba actitudes violentas debido a su enfermedad, lo que llevó a la familia a tomar la difícil decisión de ingresarlo a un hogar.
En medio de su enfermedad, Clara compartió un momento conmovedor en el que su padre le pidió que lo visitara, lo que le rompió el corazón. A pesar de las dificultades, la familia se sintió tranquila al saber que hicieron todo lo posible para cuidar de él.
Pepe Tapia falleció el 27 de mayo de 2020, a los 78 años, tras contraer COVID-19 en el hogar donde residía. Su muerte fue confirmada por su familia, quienes informaron que el comediante había sido diagnosticado positivo el 11 de mayo y, tras una lucha de 15 días contra una neumonía severa, falleció. Su hija Clara explicó que, a pesar de que le realizaron dos pruebas, la primera resultó negativa y la segunda positiva, lo que complicó su situación.
Tras su fallecimiento, Don Francisco recordó a Tapia como un comediante que “tenía una cara para la risa” y que había dejado una huella importante en la televisión chilena. Clara Tapia lamentó no haber podido despedirse de su padre como hubiera querido, debido a las restricciones impuestas por la pandemia. Su muerte dejó un vacío en el mundo de la comedia y en los corazones de quienes disfrutaron de su humor.


