La llegada de Netflix a América Latina y el auge de las producciones originales han transformado la industria audiovisual, redefiniendo el acceso y la forma en que millones de personas disfrutan de los contenidos.
El fenómeno inesperado comenzó cuando Winona Ryder asumió el papel de Joyce Byers en Stranger Things. En ese momento, el concepto de streaming era algo lejano para ella. Shawn Levy, productor de la serie, relató que la actriz “apenas sabía lo que era una serie de televisión, nunca había hecho una”. La idea de consumir series bajo demanda resultaba novedosa para muchos, lo que ejemplificaba el grado de desconocimiento que existía en el público que, hasta mediados de la década pasada, seguía ligado a la televisión tradicional. En 2016, el streaming todavía representaba una novedad tecnológica, y el audiovisual apenas comenzaba a explorar sus posibilidades. La aparición de Netflix marcó el inicio de una etapa de renovación en el sector.
En Argentina, el salto al streaming comenzó con el inicio de operaciones de Netflix en septiembre de 2011, convirtiendo al país en uno de los primeros de la región en contar con este servicio. Desde sus inicios, la plataforma fue ganando terreno entre los usuarios locales, quienes comenzaron a depender menos del cable y de los videoclubes, optando por el consumo bajo demanda. A medida que el catálogo se ampliaba con títulos como House of Cards, Orange is the New Black y Sense8, cada vez más argentinos experimentaron la libertad de elegir cuándo y dónde ver contenidos, modificando así su vínculo tradicional con la televisión. El desembarco de Netflix demostró que el futuro del entretenimiento estaba mutando hacia formatos digitales personalizables.
El estreno de Stranger Things el 15 de julio marcó la consolidación de un nuevo paradigma. Ambientada en los años 80, la serie protagonizada por un elenco joven tuvo un éxito inmediato y se transformó en un fenómeno cultural, posicionando a su elenco en el centro de atención global. Según SensaCine, Stranger Things redefinió el género y elevó el estándar de la ciencia ficción y el misterio. Más allá del impacto en la plataforma, esta producción brindó a Winona Ryder la oportunidad de reinventar su carrera, situándola nuevamente ante numerosas audiencias. Desde su lanzamiento, Stranger Things ha ostentado el título de veterana, siendo solo precedida por Chef’s Table, que debutó el mismo año y continúa vigente con siete temporadas. Ambas series reflejan los compases de la estrategia de contenido propio en un momento donde la competencia aún era limitada y buscaba un lugar en el mercado.
Desde entonces, la oferta de contenidos ha multiplicado, consolidando la costumbre diaria de los hogares de todo el mundo. La transformación y evolución de la influencia de Netflix han provocado cambios irreparables en los hábitos de consumo de series. Este caso ilustra no solo la adaptación de intérpretes veteranos a nuevos formatos, sino también cómo el modo digital ha revolucionado la visibilidad y el alcance de los proyectos artísticos.
El ecosistema del streaming ha pasado de ser un desconocido a formar parte fundamental de los productos emblemáticos de este medio, mostrando el acelerado cambio que ha impulsado la tecnología y la normalización de la evidencia de cómo la revolución experimentada desde su debut no tiene marcha atrás. Hoy en día, ver películas en cualquier dispositivo a cualquier hora se ha convertido en una rutina colectiva. Cada nueva producción refuerza la idea de que lo que antes era una rareza se ha convertido en sinónimo de modernidad y diversidad. La trayectoria de este proceso es un ejemplo compartido, donde figuras emblemáticas y audiencias han aprendido a navegar en un universo de posibilidades infinitas y narrativas arriesgadas, marcando un renacimiento artístico para una generación de actores y modificando los cimientos de lo que conecta las historias.


