Cada noche, millones de murciélagos emergen de sus refugios y surcan el aire en grupos densos, lo que plantea una cuestión intrigante: ¿cómo logran estos animales evitar colisiones mientras vuelan juntos a grandes velocidades en entornos ruidosos? Este desafío se presenta al intentar orientarse en un mar de señales acústicas superpuestas, un fenómeno conocido como “Cocktail Party Nightmare” o Pesadilla cóctel, que ha sido motivo de estudio durante años. A pesar de la aparente “cacofonía” creada por sus propios llamados de ecolocalización, los murciélagos logran navegar sin causar accidentes mortales entre ellos. Este enigma fue abordado por un equipo internacional de investigadores liderado por el Instituto Max Planck de Comportamiento Animal, cuyos hallazgos fueron publicados en la revista Proceedings of the National Academy of Sciences en marzo de 2025.
El estudio sobre la ecolocalización de los murciélagos
El estudio revela cómo los murciélagos enfrentan este reto mediante un ajuste dinámico de su comportamiento y estrategias que les permiten desplazarse eficientemente en respuesta a la interferencia acústica. Estos animales utilizan la ecolocalización, que consiste en emitir sonidos y captar los ecos reflejados de objetos cercanos, lo que les permite volar en la oscuridad y evitar obstáculos. Sin embargo, cuando vuelan en grupos densos, pueden interferir con la resonancia producida por superficies cercanas, lo que se denomina enmascaramiento acústico. Este fenómeno puede hacer que los murciélagos pierdan información crucial, y se esperaba que, al estar tan cerca de otros individuos, sufrieran un aumento significativo en los choques aéreos. Sin embargo, estos accidentes no suelen ocurrir fuera de las cuevas.
Hallazgos del estudio
Debido a esto, Aya Goldshtein, autora principal del estudio, expresó en un artículo de la institución: “Casi te emocionas cuando ves uno de estos murciélagos en acción”. El estudio analiza el suceso a partir de un modelo sensoriomotor que simula cómo gestionan y aplican respuestas activas a la interferencia acústica. Se trata de una simulación computacional que combina cómo reciben y procesan la información para tomar decisiones motoras y adoptar funciones basadas en esa información, modificando así su trayectoria de vuelo. Los investigadores descubrieron que el 94% de las llamadas se ven “bloqueadas” cuando los individuos salen de la cueva, lo que reduce significativamente los accidentes.
Modificaciones en el comportamiento de los murciélagos
Uno de los aspectos clave que les permite separarse rápidamente en densidad de grupo es la adaptación acústica. “Descubrimos que experimentaron un nivel muy alto de separación en la cueva que disminuyó en segundos a medida que se dispersaron en el espacio”, indicaron los expertos del estudio. Esta dispersión les permite recibir ecos más claros de objetos cercanos, lo que a su vez reduce las posibilidades de colisiones. Además, los murciélagos también ajustan su comportamiento para adaptarse a entornos de alta densidad. Lo hacen cambiando a frecuencias más altas y utilizando duraciones cortas para enfocarse en los ecos reflejados, evitando así la “cobertura” de otros miembros del grupo.
Como resaltó Omer Mazar, coautor del estudio: “Imagina que eres un murciélago volando en un espacio desordenado. Hay un objeto importante que necesitas conocer que está justo enfrente de ti. Así que debes ecolocalizar de una forma que te proporcione información detallada solo sobre ese murciélago”. “Claro, podrías perderte la mayor parte de la información disponible debido a la interferencia, pero eso no importa, porque los detalles necesarios para evitar chocar son cruciales”, agregó.
Innovaciones en la investigación
Para lograr estos resultados, los investigadores emplearon una innovadora combinación de seguimiento y grabaciones ultrasónicas para entender cómo navegan en un entorno complejo. Utilizaron pequeños micrófonos que habían colocado en algunos ejemplares, lo que permitió escuchar el ecosistema desde una perspectiva única. Estos dispositivos registraron cómo volaban, lo que hizo posible que los científicos observaran cómo ajustaban su comportamiento en tiempo real, basándose en datos fundamentales para simular cómo se comportan bajo condiciones de alta densidad. A raíz de esto, concluyeron que incluso en condiciones severas, los murciélagos apenas sufren daños sensoriales. “Son capaces de maniobrar con suavidad en densidades altas, evitando interferencias”, agregaron los investigadores. Este enfoque representó un avance respecto a estudios previos, ya que examinar el contexto natural es algo que no se había hecho antes.


