
Una mujer estadounidense experimentó una grave infección tras un rasguño de su gato, lo que la llevó a una serie de complicaciones médicas. Kara Marie, de 35 años, se encontraba descansando en su hogar cuando su gato, Sponge, saltó sobre ella, provocando un accidente que resultó en un rasguño en su dedo. Según relata Marie, el incidente ocurrió a las 5 a.m. cuando su gato comenzó a rascar su caja de arena, lo que le indicó que era hora de levantarse. Al intentar moverse, su gato saltó al sofá al mismo tiempo, y su garra se introdujo entre la uña y la piel de su mano. Marie compartió su experiencia con People, diciendo: “Cuando puse mi mano en el sillón para darme la vuelta, él saltó, y su garra fue directamente entre mi uña y el pliegue de la piel”. Tras el rasguño, Marie sintió un mal presentimiento y se lavó las manos inmediatamente, aplicándose ungüento antibiótico en la herida. Aunque se sintió bien durante dos días, el tercer día comenzó a experimentar dolor en el dedo afectado. Al contactar a su doctora, le recetaron antibióticos, pero la situación empeoró cuando apareció pus en su dedo. “Llamé a mi doctora y me dijo: ‘Tienes que remojarlo y masajearlo en agua caliente, la infección está atrapada allí y necesita salir'”, recordó. A pesar de sus esfuerzos por aliviar la infección, Marie se sintió incómoda y decidió acudir a un centro de salud. Allí, fue trasladada a la sala de emergencias, donde le administraron antibióticos por vía intravenosa y la evaluó un cirujano. El médico le informó que era necesario abrir y drenar la uña, con la posibilidad de que tuvieran que quitarla. “Me anestesiaron el dedo, lo abrieron, lo limpiaron y luego lo vendaron”, explicó Marie. A pesar de su oposición inicial, el médico le advirtió sobre los riesgos de las infecciones en la mano izquierda, que pueden ser peligrosas debido a su cercanía al corazón. Finalmente, debido a la falta de mejoría, se tomó la decisión de quitarle la uña. En una consulta posterior con su doctora de cabecera, se observó que su uña estaba mejorando, y le recomendaron seguir remojando su dedo tres veces al día. Los médicos informaron a Marie que el proceso de crecimiento de la uña podría tardar entre seis meses y un año. A lo largo de este proceso, su gato Sponge mostró preocupación por su estado, permaneciendo a su lado desde el incidente. Marie enfatizó que su gato es bien cuidado y que el rasguño fue un accidente aislado. “Amo a mis animales. Los gatos son seguros, incluso si salen de su caja de arena”, concluyó. Además, subrayó la importancia de escuchar a su cuerpo y buscar atención médica si algo no parece estar bien.