La tendencia del “Job hugging” se afianza en Chile, donde los trabajadores se aferran a sus empleos por miedo a perderlos, a pesar de la insatisfacción laboral.
El fenómeno del “Job hugging” ha comenzado a ganar terreno en Chile, en un contexto donde la inestabilidad económica y la alta inflación han llevado a muchos empleados a priorizar la seguridad laboral sobre el desarrollo profesional. Este comportamiento se presenta como una respuesta opuesta a la “Great Resignation”, que se refiere a la ola de renuncias masivas que comenzó en 2020 en Estados Unidos y Reino Unido, cuando millones de trabajadores decidieron dejar sus empleos debido a la insatisfacción con sus condiciones laborales.
Según un análisis de la firma de consultoría en talento y selección de profesionales, Robert Walters, el “Job hugging” se ha convertido en una tendencia notable en economías desarrolladas, y Chile no es la excepción. Este fenómeno se caracteriza por la decisión de los trabajadores de permanecer en sus puestos actuales, incluso cuando no están satisfechos con su trabajo o no ven oportunidades de crecimiento.
En Chile, la situación laboral se ve marcada por un alto nivel de insatisfacción, donde solo un 33,7% de los trabajadores se declara satisfecho con su empleo, citando como principales motivos el bajo salario y la falta de reconocimiento. Además, una encuesta de Adecco Chile revela que el 42,9% de los trabajadores considera que la estabilidad laboral es su principal preocupación, seguida por la insuficiencia salarial, en un contexto donde el desempleo alcanzó el 8,8% en el trimestre móvil a abril de 2025.
Alfredo Araneda, director regional de Robert Walters para Latinoamérica, advierte que el “Job hugging” no debe confundirse con una retención saludable de talento. “Que las personas se queden más tiempo en su empresa no siempre es una buena noticia. Si se quedan por miedo al mercado, y no por un proyecto atractivo, lo que vemos es una estabilidad aparente con mucho riesgo de estancamiento”, señala Araneda.
El ejecutivo destaca que muchos profesionales en Chile desean cambiar de empleo, pero postergan esa decisión debido a la incertidumbre económica y regulatoria. Esta mezcla de incomodidad y cautela puede afectar negativamente la productividad y la innovación dentro de las organizaciones.
Para abordar el fenómeno del “Job hugging”, las empresas chilenas deben centrarse en gestionar el compromiso de los empleados que permanecen en sus puestos por temor. Algunas recomendaciones incluyen:
- Evaluar el compromiso y la motivación de los trabajadores, ya que tasas de renuncia bajas pueden ocultar altos niveles de desmotivación.
- Ofrecer trayectorias claras de carrera y oportunidades de movilidad interna para que los empleados vean alternativas de crecimiento sin necesidad de cambiar de empresa.
- Actualizar la propuesta de valor al empleado (EVP), revisando compensaciones, flexibilidad y bienestar, especialmente en roles críticos.
- Invertir en formación profesional (upskilling y reskilling) para reducir la sensación de obsolescencia y brindar certidumbre sobre el futuro de los puestos de trabajo.
Araneda concluye que el desafío para los empleadores en Chile no es solo retener a los trabajadores, sino transformar el “Job hugging” en un compromiso más saludable, donde los empleados se queden porque ven propósito y desarrollo en su trabajo. Si no se aborda esta situación a tiempo, existe el riesgo de que, cuando mejore el ciclo económico, se produzca una fuga masiva de talento.


