Un contrato entre un jefe y su empleada para mantener relaciones sexuales de carácter masoquista ha llevado a Francia a ser condenada a pagar una indemnización significativa tras la hospitalización de la mujer en un centro psiquiátrico. El Tribunal Europeo de Derechos Humanos (TEDH) dictó una sentencia en la que se condena a Francia por haber validado un contrato denominado “amo y perra”, en el cual la mujer alegó haber sufrido prácticas sexuales no consentidas que resultaron en problemas de salud mental.
Los protagonistas de este caso eran compañeros de trabajo en un hospital en Francia. El hombre, identificado como K.B, ocupaba el cargo de jefe de la mujer, cuyas iniciales son E.A. El contrato sadomasoquista que firmaron estipulaba que la mujer otorgaba su consentimiento para participar en diversas prácticas, las cuales incluían que él decidiera sobre su vestimenta interior y maquillaje. Además, el contrato especificaba que la mujer debía comer de un plato colocado a los pies de la cama, como si fuera un animal. También se requería que ella utilizara el baño con la puerta abierta para que él pudiera escucharla al menos una vez al día. El “amo” tenía la facultad de propinar azotes a la mujer si no cumplía con lo acordado en el contrato.
En 2013, la mujer presentó una denuncia ante el TEDH, acusando a su jefe de “violación con tortura y actos bárbaros”, así como de “violencia física y psicológica” y “acoso y agresión sexual”, según lo reportado por Rfi. Aunque inicialmente el hombre fue condenado por la justicia francesa, en 2021 un tribunal de apelaciones lo absolvió completamente, argumentando que dado que ambos habían firmado un contrato que regulaba su relación, esta era considerada consentida.
Después de agotar todas las instancias judiciales en su país, la mujer llevó su caso al tribunal en Estrasburgo. En su fallo, el TEDH le dio la razón, señalando que existían “lagunas en el marco jurídico” y “deficiencias” en su aplicación. El tribunal reafirmó que el consentimiento debe “reflejar la libre voluntad de mantener una relación sexual determinada, en el momento en que se produce y teniendo en cuenta sus circunstancias”. Por lo tanto, ningún compromiso previo, incluido un contrato escrito, puede ser considerado como un consentimiento actual, ya que este es, por naturaleza, “revocable”.
Como resultado de esta decisión, Francia deberá indemnizar a la mujer con 20.000 euros, lo que equivale a aproximadamente 22.582.400 millones de pesos chilenos, además de cubrir las costas judiciales que ascienden a 1.503 euros, equivalentes a casi dos millones de pesos.


