El reconocido director de orquesta Horacio Saavedra ha compartido, por primera vez, detalles sobre la pérdida de su hijo Cristián en el año 2003. En una emotiva entrevista en el programa Te invito, conducido por Rodrigo Sepúlveda, Saavedra reveló cómo ha enfrentado este doloroso capítulo de su vida y la compleja tarea de continuar su carrera en televisión.
La muerte de Cristián Saavedra
Durante la conversación, Horacio Saavedra relató que su hijo, Cristián, quien se desempeñó como ingeniero de sonido en Mega durante diez años, falleció a la edad de 38 años debido a una enfermedad inmunológica poco común conocida como mal de Wegener. El director de orquesta expresó: “Es una pena que nunca se supera”, reflejando el profundo dolor que aún siente por la pérdida de su único hijo.
El legado de Cristián
A pesar del tiempo que ha pasado, el sufrimiento por la muerte de Cristián sigue presente en el corazón de Horacio Saavedra. Sin embargo, el músico se consuela con el legado que su hijo dejó, que incluye a sus tres nietas, quienes ahora son profesionales. “Era mi único hijo hombre, se llevó el apellido, pero eso es ya un detalle. Pero siempre está con nosotros, me dejó tres nietas que ahora son profesionales”, comentó Saavedra, destacando la importancia de su familia en su vida.
El apoyo familiar
Horacio Saavedra también habló sobre el papel fundamental que ha tenido su nuera, quien decidió no volver a casarse, y sus cinco hijas en su vida. Esta red de apoyo se ha ampliado a través de las generaciones, ya que se ha convertido en bisabuelo gracias a una de las hijas de Cristián. Durante la entrevista, Saavedra enfatizó que su determinación para seguir adelante en momentos difíciles fue influenciada por lo que él cree que su hijo hubiera deseado.
La decisión de no hablar del tema
En relación a su decisión de no abordar la muerte de su hijo durante tanto tiempo, Horacio Saavedra justificó su silencio al considerar que se trataba de un asunto profundamente personal y familiar: “porque siempre fue algo tan familiar, tan íntimo, tan nuestro”. Su relato pone de manifiesto la complejidad de lidiar con el duelo y la importancia de la familia en el proceso de sanación.


