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Cómo superar la intimidación en el gimnasio y disfrutar de sus beneficios para la salud

Descubre cómo superar la ansiedad en el gimnasio y sentirte más seguro.
Descubre cómo superar la ansiedad en el gimnasio y sentirte más seguro.

Ir al gimnasio puede ser intimidante, pero con estrategias adecuadas y apoyo, es posible superar miedos y disfrutar de sus beneficios para la salud.

Ir al gimnasio se presenta como una opción efectiva para realizar ejercicio y prevenir lesiones. El fortalecimiento muscular tiene un impacto positivo en la quema de calorías, en la salud de las articulaciones, en el control de los niveles de azúcar en sangre y en la ralentización del proceso de envejecimiento. Sin embargo, iniciar esta actividad puede resultar complicado, ya que muchas personas sienten una gran barrera al enfrentarse a la idea de ir al gimnasio. Para algunos, la primera visita o el regreso tras un largo periodo de inactividad puede ser un verdadero desafío. Las diversas clases suelen tener grupos ya formados, las sesiones de crossfit pueden estar llenas de personas con cuerpos esculturales, y el área de levantamiento de pesas puede estar dominada por personalidades competitivas que buscan superarse entre sí. Esto puede generar preocupaciones sobre lesiones, inseguridades relacionadas con la imagen personal y, en última instancia, una sensación de insatisfacción y frustración.

Cinthia Ortiz, psicoterapeuta y coordinadora del Equipo de Ansiedad de la Fundación Aiglé, explicó que las personas pueden sentirse intimidadas por diversas razones, que pueden presentarse de manera independiente o combinarse entre sí. Por su parte, Hugo Cortassa, profesor licenciado en Actividad Física y Deporte, comentó que algunos temen que la rutina sea demasiado exigente, que deban levantar mucho peso o que se sientan adoloridos al día siguiente. A pesar de estas preocupaciones, Cortassa señaló que “una vez que una persona asiste al gimnasio, está decidida a realizar actividad física”.

Las sensaciones de intimidación que experimentan algunas personas suelen estar relacionadas con temores y preocupaciones personales y sociales. Un estudio publicado en la revista Stigma and Health encuestó a 389 usuarios adultos de gimnasios con sobrepeso u obesidad y descubrió que experimentaban estigmas que afectaban su percepción y comportamiento frente al ejercicio, lo que les hacía sentirse juzgados negativamente y avergonzados. Natasha Schvey, coautora y profesora adjunta de Medicina y Psicología Clínica en la Uniformed Services University of the Sciences en Bethesda, Maryland, afirmó que “independientemente del peso, la sensación de inseguridad y vulnerabilidad en los gimnasios” es común. Schvey describió tres razones fundamentales que pueden producir esta intimidación: el desconocimiento, la ansiedad por altos estándares de rendimiento y la autocrítica excesiva que puede llevar a una frustración profunda. También mencionó problemas relacionados con la imagen corporal, como las “imperfecciones”, la comparación y la insatisfacción, así como la obsesión por la distorsión corporal y los trastornos de conducta alimentaria. Además, la preocupación por la opinión de los demás, el ser observados y evaluados, y el miedo al ridículo en interacciones sociales son factores que contribuyen a esta sensación de intimidación.

A pesar de estos desafíos, existen recursos que pueden ayudar a las personas a superar sus miedos. Ortiz destacó siete estrategias para enfrentar estas inquietudes. El primer paso es ser conscientes de cuáles son los focos de incomodidad y luego buscar desarticular cada uno de ellos. “Es importante tener presente que ser principiante implica un desafío y que se necesita tiempo para adaptarse y desarrollar nuevas habilidades. Inicialmente, puede resultar difícil e intimidante, pero solo la perseverancia y la paciencia nos ayudarán en este camino”, afirmó Ortiz. También recomendó centrarse en los objetivos y en la razón por la que se va al gimnasio, como cuidar la salud, mejorar la calidad de vida, regular el estrés, combatir el sedentarismo y sentirse mejor con uno mismo.

Entre las recomendaciones se incluye asistir a una clase para conocer bien de qué se trata. “Mientras evitamos cosas que nos provocan ansiedad, la exposición gradual a estas situaciones puede ayudar. Si te apuntas a una nueva clase, muchas veces ofrecen una sesión gratuita con un entrenador, lo que puede ser una buena oportunidad para aprovechar”, sugirió Schvey. También se aconseja llevar a un amigo, ya que esto puede brindar compañía, seguridad y motivación. Cortassa mencionó que “el acompañamiento de un amigo siempre es bueno. Si alguien se siente desganado, la presencia de un amigo que diga: ‘¡Vamos!’ puede hacer que la persona se adhiera a la actividad”.

Hablar con el profesor del gimnasio es otra recomendación. Llegar temprano y comentar cualquier lesión, limitación o temor puede ser útil. “El objetivo es avanzar sin importar lo que piensen los demás. Tal vez un médico te haya recomendado hacer ejercicio, y es importante no desanimarse”, indicó Cortassa. También es fundamental establecer metas realistas que se ajusten a las propias limitaciones físicas, tiempo, necesidades e intereses. “Un asesoramiento adecuado y empático puede ser de gran ayuda”, remarcó.

Evitar comparaciones es otra estrategia importante. Cortassa enfatizó que “no se trata de una competencia; lo que importa es la propia experiencia. Hay que intentar centrarse en lo que realmente está bajo nuestro control”. Además, encontrar un “por qué” personal para entrenar puede ser motivador. Poorna Bell, levantadora y autora de “Más fuerte: cambiando lo que sabía sobre la fuerza de las mujeres”, comenzó a entrenar tras la muerte inesperada de su esposo. Se sintió débil y triste, y comenzó a buscar fuerza tanto física como mental. Bell sugiere que conectarse con motivaciones profundas puede transformar la percepción que se tiene del propio cuerpo.

Enfocarse en una belleza saludable es otra recomendación. La preocupación por la insatisfacción corporal puede llevar a una mirada crítica hacia los cánones de belleza y las conductas consideradas ‘saludables’. “Las redes sociales a menudo cumplen un papel contrario”, destacó Bell. “El valor no se define por la imagen, sino que al poner el autocuidado y la aceptación en el centro, se convierte en un aspecto único de quienes somos”.

Finalmente, se sugiere hacer una consulta psicológica. “Cuando se desea practicar algo y se siente que no se puede llevar a cabo solo, consultar a un psicólogo puede ser de gran utilidad”, concluyó Ortiz.

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