
“Ciudad de Dios: la lucha no para” llega a Max y HBO el 25 de agosto. Un nuevo capítulo de resistencia y dignidad en las favelas de Río de Janeiro.
El domingo 25 de agosto debutará en la plataforma de streaming Max y en el canal de cable HBO la miniserie titulada “Ciudad de Dios: la lucha no para”. Este spin-off retoma la narrativa que cautivó al público en 2002, bajo la dirección del cineasta brasileño Fernando Meirelles, conocido por obras como “El jardinero fiel” y “Blindness”. La nueva serie se sitúa en el año 2004, dos décadas después de los eventos finales del filme original, y se centra en la excarcelación de un joven narcotraficante que reaviva la disputa por el control de la emblemática favela “Cidade de Deus” en Río de Janeiro.
En el nuevo milenio, los habitantes de la favela continúan atrapados en un ciclo de violencia que involucra narcotraficantes, milicias y autoridades. Sin embargo, la necesidad de escapar de esta situación lleva a la comunidad a unirse en torno a un proyecto local que busca enfrentar a sus adversarios. La serie presenta el regreso de personajes icónicos como Buscapé, Berenice, Bradock, Cinthia, Barbantinho y Cabeção, además de introducir nuevos personajes como Jerusa, Lígia y Curió. El elenco también incluye a talentos debutantes en la actuación, provenientes de comunidades de Río de Janeiro, incluyendo la propia Cidade de Deus, así como Vidigal y Mangueira.
El personaje de Buscapé, interpretado por Alexandre Rodrigues, es el punto de partida de “Ciudad de Dios: la lucha no para”. Rodrigues expresó su satisfacción por regresar a este papel, señalando: “Me puso muy contento volver a este personaje; esta oportunidad de volver a la continuación de Ciudad de Dios. Es interesante, porque mucha gente hace 20 años me preguntaba cuándo haríamos la número 2. Ahora, 22 años después, ya está aquí”. Además, destacó la calidad de la serie, tanto en términos técnicos como en la actuación, afirmando que “tiene una potencia muy grande de parte de los actores; una mirada muy sensible”.
Roberta Rodrigues, quien retoma su papel como Berenice, también compartió su entusiasmo por la miniserie, que es dirigida por Aly Muritiba y producida ejecutivamente por Fernando Meirelles. La actriz reflexionó sobre el impacto de la película original, indicando que “Ciudad de Dios fue una película muy potente, muy bien recibida, que llevó a Brasil a otro nivel. En todos lados hay periferias, y todas esas partes del mundo se conectaron con la película. La gente piensa que solo hay violencia en Brasil, y ahora lo mostramos desde la perspectiva de los residentes, que viven ahí y quieren contar sus historias”.
El director Aly Muritiba enfrentó el desafío de continuar la historia mientras se distanciaba de las decisiones estéticas que contribuyeron a la fama de la película original. Muritiba explicó que “Ciudad de Dios inauguró un subgénero cinematográfico que fue la ‘favela movie’, que se caracteriza por mostrar la vida en las periferias, permeada por la violencia. En la película hay una cámara que no tiene foco, que tiembla, como si el error fuera construido para darle una idea estética de la precariedad. Nosotros huimos de eso, estética y temáticamente”. El director enfatizó que su intención no era emular el error como elección estética, sino mostrar la dignidad de las comunidades y cómo sus habitantes luchan por vivir con dignidad.
En una conversación sobre los cambios que han experimentado Brasil y las favelas en las últimas dos décadas, Roberta Rodrigues mencionó que “la comunidad comenzó a tener más conciencia política y social; conciencia que merecen estar ahí y reivindicar sus derechos. Ha ocurrido una gran revolución en los últimos 20 años”. Rodrigues destacó que los jóvenes han comenzado a comprender que “solo a través de la política podemos obtener lo efectivo” y que en las comunidades se están formando grupos de música y teatro que toman una posición activa en la defensa de sus derechos.
Alexandre Rodrigues también compartió su experiencia, señalando que proviene de proyectos sociales que le permitieron construir su carrera a través de cursos de teatro. “Nosotros veníamos de una base muy buena de proyectos sociales. Después de Ciudad de Dios, eso ha crecido mucho en esa comunidad. Y los proyectos sociales son muy importantes para llevarle a la comunidad local un punto de vista distinto”, afirmó.
En relación a la responsabilidad de asumir la continuación de esta historia, Aly Muritiba comentó sobre el fenómeno que representa “Ciudad de Dios” en el contexto pedagógico, señalando que “una película siempre es una parte de una totalidad, y esa parte siempre es un punto de vista que no logra alcanzar la realidad de un país”. Muritiba destacó que la serie presenta una mirada diferente, enfocándose no solo en la violencia, sino en la resistencia de las comunidades. La miniserie consta de seis capítulos, lo que permite explorar más a fondo la vida en las favelas, y el director expresó su deseo de que la serie también se utilice en contextos pedagógicos en el futuro, mostrando aspectos positivos de la vida en las favelas, como clases de jiu-jitsu y la fortaleza de las mujeres que luchan contra la criminalidad.