Alien, la icónica película de 1979, transformó el cine de terror y ciencia ficción. Conoce las anécdotas y secretos detrás de su producción y legado.
En 1979, Ridley Scott y Sigourney Weaver presentaron al mundo una de las películas de terror más intrigantes y escalofriantes: “Alien”. Sin embargo, lo que realmente define un largometraje no es solo el producto final, sino también las historias que rodean su producción. En el caso de esta película, existen numerosas anécdotas que van desde un guion que casi terminó en una serie B, hasta un actor inexperto que se convirtió en una figura importante. Desde su concepción como una idea fallida hasta su transformación en una obra maestra del cine, el recorrido de la historia del xenomorfo ha sido, en muchos sentidos, un milagro. La compleja realización de “Alien” ha hecho que se convierta en una joya del cine de ciencia ficción y horror, y la saga se mantiene viva a pesar del paso del tiempo. En 2024, la franquicia regresará a la pantalla grande con “Alien: Romulus”, y aquí se presentan algunos datos que quizás no conocías.
La concepción de “Alien” como película se gestó antes de que se convirtiera en una de las mejores del cine. En la Universidad del Sur de California, el guionista Dan O’Bannon había trabajado en una comedia titulada “Dark Star”, dirigida por John Carpenter. Esta experiencia en el largometraje presentó un alienígena que era una pelota de playa con garras de goma, lo que le impulsó a realizar una puesta en escena más ambiciosa. O’Bannon recordó: “Sabía que quería hacer miedo en una nave espacial con un pequeño número de astronautas”. Poco después, comenzó a trabajar en un nuevo proyecto centrado en el horror espacial, inicialmente titulado “Memory”. Este guion contenía las primeras escenas que más tarde se convertirían en la secuencia inicial donde la tripulación responde a una señal de un planetoide misterioso, que termina siendo su camino hacia la muerte.
Durante su estancia en París, trabajando en la adaptación de “Dune” de Alejandro Jodorowsky, O’Bannon conoció a artistas como H.R. Giger, cuyo trabajo influyó significativamente en el diseño de la nueva historia. Tras el colapso del proyecto de “Dune”, O’Bannon regresó a Los Ángeles y reactivó su colaboración con Ronald Shusett, quien sugirió incorporar una trama sobre un gremlin en un avión de la Segunda Guerra Mundial, pero adaptada al espacio. Shusett propuso la idea de un embrión implantado en un tripulante, lo que dio forma al concepto final de la película. Inicialmente, el título de la película sería “Beast”, pero se renombró debido a que la palabra aparecía repetidamente en el guion. Cuando O’Bannon comenzó a presentar el proyecto a varios estudios, explicaba que se trataba de “una especie de tiburón en el espacio”, lo que sonó tan convincente que, a pesar de la complicada venta, llegó a manos de Roger Corman, una leyenda del cine B. Esto prometía cierto éxito para la película, que en el mejor de los casos, podría ser considerada una pieza de culto por un público muy reducido. Sin embargo, contra todo pronóstico, la película acabó en manos de Brandywine Productions, vinculada a 20th Century Fox, que le dio un presupuesto mucho más amplio, encadenando a las mentes detrás del filme a muchas exigencias. Cada tratamiento del guion que se entregaba convencía a los directivos de Fox. Parecía que la situación prosperaría, y el milagro cinematográfico sucedió: “Star Wars” cambió el panorama de la industria, y pronto los estudios comenzaron a interesarse en el terreno de las narrativas espaciales. Así, “Alien” encontró el momento perfecto para recibir la luz verde que tanto había estado esperando, y Ridley Scott se convirtió en el director de este legendario proyecto.
Varios miembros de la producción se desmayaron debido a los visuales innovadores y las difíciles condiciones que enfrentaron los actores. Aunque la mayor parte de la cinta transcurre a bordo de una nave en un futuro distante, el realismo tangible de las ambientaciones y vestuarios humanizó a los personajes. Durante el rodaje, los actores de la película de 1979 vistieron sencillas camisetas blancas y ropa interior de algodón, lo que contrastaba notablemente con el estilo formal y sofisticado de otros relatos de ciencia ficción, como “Star Trek”. Los colores armoniosos de los tripulantes de la U.S.C.S.S. Nostromo se inspiraron en los dibujos de Jean Giraud (conocido como Mœbius) y en la tecnología de la NASA, así como en armaduras samuráis ancestrales. A pesar de la estética utilitaria y funcional, estos trajes presentaban un problema grave: eran sumamente incómodos y peligrosos. Veronica Cartwright y Tom Skerritt relataron en el documental “Fear of the Unknown” que, debido a un fallo en el diseño, los trajes carecían de un mecanismo de ventilación adecuado, lo que ocasionaba la acumulación de dióxido de carbono. “Nos desmayábamos como moscas”, comentó Cartwright. La filmación tuvo lugar en Shepperton, Inglaterra, durante el verano de 1978, en pleno calor estival. Según Cartwright, la temperatura alcanzó los 46 grados Celsius (115 Fahrenheit). “Había una ola de calor. Nuestros trajes estaban forrados de nylon, lo que nos hacía sudar aún más”, indicó. Esto resultó en un ambiente sofocante dentro de los trajes, lo que a menudo provocaba desmayos entre los actores. Cartwright añadió que eran, de alguna manera, experimentos, indicando: “Los trajes habían sido probados; éramos básicamente conejillos de indias”. Esto se hizo evidente cuando John Hurt tuvo que rodar tomas en un paisaje extraterrestre, caminando lentamente por el set decorado. La falta de ventilación les causaba mareos frecuentes. Hurt declaró: “Pobre John, sudaba en el traje, podía verse. Era un tazón gigante de sudor”. Algunos días de rodaje fueron particularmente complicados, ya que el uso de incienso para conseguir ciertos visuales empeoraba la calidad del aire, lo que agravaba la producción. Para dar la ilusión del tamaño del extraterrestre, se utilizaron niños como dobles de cuerpo en ciertas escenas. Los hijos de algunos miembros del equipo fueron esos niños. Se prestó atención adecuada después de que se desmayaran. “Usaron dobles. Y eran dos pequeños. Fue entonces cuando les proporcionaron aire”, relató Cartwright.
El icónico xenomorfo, que más tarde volvería a ser representado mediante CGI, fue interpretado por Bolaji Badejo, un hombre que no tenía experiencia actoral, pero que se convirtió en el personaje dirigido, con una mandíbula extensible que babeaba ácido, convirtiéndose en uno de los villanos más memorables del cine. Sin embargo, su traje, aunque crucial, ha permanecido en la sombra en comparación con la emblemática representación en pantalla. A pesar de ser un reconocido antagonista, Badejo pasó desapercibido para muchos. Con una altura de más de dos metros, falleció en 1992 a causa de anemia falciforme. A través de los testimonios de quienes trabajaron con él, su imagen sigue viva. Nick Allder, supervisor de efectos especiales, recordó su primer encuentro con Badejo: “Ridley entró y vi a un tipo. Pensé que estaba viendo una jirafa… Parado en la puerta, podías ver su cuerpo y su cabeza encima del marco”, dijo en una entrevista con la BBC. Badejo, nacido en Lagos, Nigeria, en 1953, era hijo del director general de la Nigerian Broadcasting Corporation y de una administradora de bienestar. En una entrevista dada a su hermano en el blog “Strange Shapes” en 2014, Badejo mencionó que estudió en Etiopía y Estados Unidos antes de mudarse a Londres para estudiar artes gráficas. La búsqueda del ideal para interpretar al alienígena fue ardua. Se consideraron nombres como Peter Mayhew (conocido por su papel como Chewbacca), jugadores de baloncesto y la modelo alemana Veruschka von Lehndorff. Sin embargo, ninguno cumplía con la visión del artista suizo surrealista Giger. Finalmente, Ardram, un agente de casting, vio a Badejo en un pub en Soho, Londres, y llamó a un asociado productor, Ivor Powell: “He visto a un tipo en un bar. Es exactamente lo que estabas buscando. Nunca ha actuado ni nada parecido”, relató Ardram. Una vez seleccionado, se le asignaron entrenadores físicos para desarrollar músculos en áreas específicas y tomó clases de mimo para cumplir con los deseos de Scott. “La idea”, explicó en una entrevista con “Cinefantastique”, “era que debía ser graciosa y viciosa, lo que requería movimientos lentos y deliberados”. En pocas entrevistas, Badejo explicó: “Apenas ocurría algo a mi alrededor, excepto que tenía una posición fija mientras filmaban. Había unos pocos agujeros para mirar… Era terrible… Podía tenerlo puesto 15 o 20 minutos a la vez. Cuando me lo quitaba, estaba empapado”. Allder utilizó KY Jelly (un lubricante íntimo) para imitar la saliva ácida del alienígena. “Tuvimos que usar baba, algo que afectara al traje… Terminamos llamando a todos los hospitales y farmacias de la zona, pidiendo que nos dejaran comprar. Sonábamos como maniáticos sexuales”, comentó. A pesar de todas las incomodidades, Badejo nunca se quejó. “Él realmente lo hizo”, dijo Allder. “Era encantador, gentil y callado”, agregó Powell. “Era parte del cine”. Tras “Alien”, Badejo dirigió su propia galería de arte en Nigeria entre 1980 y 1983. Falleció a la edad de 39 años, dejando hijos. No participó en las secuelas, ya que no tuvo la oportunidad legal de hacerlo. Su única acreditación cinematográfica fue en 1979, y ese único rol dejó una huella imborrable. “El haber interpretado al alienígena fue suficiente para mí”, explicó en una entrevista con “Cinefantastique”.


