
Alain Delon, ícono del cine francés, falleció a los 88 años. Su legado incluye papeles memorables en clásicos como “A pleno sol” y “Rocco y sus hermanos”.
Alain Delon, reconocido como un ícono del cine francés, falleció a la edad de 88 años. A lo largo de su carrera, Delon demostró una versatilidad notable al trabajar con directores de renombre como Luchino Visconti, Michelangelo Antonioni, Jean-Luc Godard, Jean-Pierre Melville y René Clément. Su presencia en la pantalla era magnética, destacándose en películas que abarcan desde thrillers hasta dramas profundos.
Una de sus actuaciones más memorables se encuentra en “A pleno sol”, una adaptación de la novela “El talento de Mr. Ripley” de Patricia Highsmith, donde Delon interpretó a Tom Ripley, un personaje astuto y manipulador que asesina a un hombre adinerado para robarle su identidad. Esta película, lanzada en 1960, marcó el inicio de su ascenso a la fama, y más tarde, en 1999, se realizó un remake en Hollywood titulado “El Ripley”.
En “Rocco y sus hermanos”, un clásico del neorrealismo italiano, Delon se consolidó como una figura prominente más allá de las fronteras de Francia. Esta película, dirigida por Luchino Visconti, narra las dificultades de la vida de Rosaria y sus cuatro hijos, quienes huyen de la miseria del sur de Italia hacia Milán. La obra fue reconocida con el León de Plata en la Mostra de Venecia.
Otro de sus papeles destacados fue en “El gatopardo” (1963), una adaptación de la novela de Giuseppe Tomasi di Lampedusa, que retrata el declive de la aristocracia en los años 1860. Esta película, también dirigida por Visconti, ganó la Palma de Oro en el Festival de Cannes y es famosa por su icónica escena de baile. Delon, con su elegante bigote y su porte distinguido, se convirtió en un símbolo de la elegancia cinematográfica.
En “Los aventureros” (1967), Delon interpretó a un inventor que, junto a su amigo, se embarca en la búsqueda de un tesoro escondido. La película, dirigida por José Giovanni, incluye la recordada canción “Leticia”, que ha perdurado en la memoria del público.
Su primera colaboración con Jean-Pierre Melville se dio en “El silencio de un hombre” (1967), donde Delon encarnó a Jef Costello, un asesino solitario con una personalidad fría y controlada. Esta película se considera una de las obras maestras de su filmografía. Posteriormente, trabajó nuevamente con Melville en “Círculo rojo” (1970), consolidando su estatus en el cine de autor.
En “La piscina” (1969), dirigida por Jacques Deray, Delon compartió pantalla con Romy Schneider, con quien había tenido una relación sentimental. La película, que mezcla el género policíaco con el drama y el erotismo, se desarrolla en la Costa Azul y presenta un reencuentro entre los dos actores. Delon, en una reflexión sobre su carrera, mencionó que ver a Schneider reír era “demasiado doloroso” debido a la pérdida de amigos y colegas.
En “El clan de los sicilianos”, dirigida por Henri Verneuil, Delon compartió protagonismo con otras grandes estrellas del cine francés, como Jean Gabin y Lino Ventura. La película se ha convertido en un clásico del cine de acción y ha dejado una huella en la historia del cine.
En “El otro señor Klein” (1976), Delon interpretó a Robert Klein, un comerciante de arte en París durante la ocupación nazi. En esta película, el personaje se ve envuelto en una trama de identidad y persecución, lo que llevó a Delon a reflexionar sobre su propia relación con el arte y la ambigüedad de su papel en la historia.
La década de 1980 trajo consigo una serie de películas policíacas en las que Delon participó, aunque con un éxito variable. Estas producciones, a pesar de su calidad desigual, permitieron que una nueva generación de cineastas y actores emergiera gracias a su difusión en televisión.
En 2008, Delon hizo una aparición en “Astérix en los Juegos Olímpicos”, donde interpretó un papel secundario como Julio César. En esta película, su personaje se burla de la imagen que tiene de sí mismo, reflejando una crítica a la cultura francesa y su ego.
A lo largo de su carrera, Alain Delon dejó una marca indeleble en el cine, siendo recordado por su talento y su inconfundible estilo. Su legado perdura en la historia del cine francés y mundial.