
La Selección Argentina de Tenis ha partido con la esperanza de obtener un boleto para el Final 8 que se llevará a cabo en Bolonia en noviembre. El equipo despegó el domingo al mediodía con destino a Groningen, donde su objetivo es claro: vencer a los Países Bajos en la segunda ronda de los Qualifiers 2025 de la Copa Davis, que se jugará el 12 y 13 de septiembre.
Antes de su partida hacia el Viejo Continente, el equipo nacional realizó una práctica a puertas abiertas el pasado viernes en el Club Argentino. Durante esta jornada, asistieron miembros de la prensa, socios de la AAT y patrocinadores, y el evento estuvo centrado en Francisco Comesaña. Este joven tenista, quien recibió su primera convocatoria para representar a Argentina, acaparó todas las miradas, marcando un momento emotivo y significativo en su debut nacional. Su historia es un testimonio del poder de la perseverancia.
El argentino no considera que su éxito sea fruto de la suerte, sino más bien la culminación de un largo camino de esfuerzo silencioso y dedicación inquebrantable. Durante el evento de despedida del equipo, la emoción estaba a flor de piel, y el debutante compartió cómo su “sueño inocente” de infancia se ha transformado en una realidad más tangible. “Eran sueños, viste, a veces inocentes”, comenzó recordando sus inicios. “A medida que fueron pasando los años, pasé por un montón de cosas que, obviamente, empezás a dudar un poco si podés llegar a lograr esos sueños”. Sin embargo, la duda nunca pudo vencer su deseo. “Con tanto sacrificio, trabajo, pude, bueno, hoy día tener esta posibilidad”. Esta oportunidad, insiste, llega en el momento justo. “Creo que es mi mejor momento, ¿no? Vengo de un año muy, muy importante para mí, ya lo encaré lleno, jugando todo ATP, viviendo todos los torneos ahí adentro, contra los mejores, entrenando también con los mejores”.
A pesar de su ascenso, mantiene los pies en la tierra: “Sigo, sigo aprendiendo, obviamente disfrutando dónde estoy”. La selección fue un guion digno de una película. Lejos de ser un llamado formal y planificado, estuvo rodeado de secretismo y cuidada estrategia por parte del cuerpo técnico para protegerlo. “Por lo que me dijeron, era que querían contar desde el principio porque yo tenía que jugar contra Opelka, número tres en Cincinnati”, reveló. “Entonces tenía que estar lo más concentrado posible”. La noticia llegó justo después de ese partido. “En el salgo del partido, viene ‘Guti’ (Gutiérrez, entrenador) y Javi (Frana) para… estaba, pero la llamada comunica que me habían convocado. Entonces estaba contento y emocionado por la convocatoria”. El impacto fue tan grande que le costó asimilarlo: “Me costó, creo que los primeros días fueron difíciles, bastante fuerte para mí el hecho de la convocatoria”.
Para él, la motivación va más allá del tenis. “Desde chiquito, la competencia es importante, nada me gusta más que querer a mi país”, confesó con orgullo. “Lo hice una vez cuando era chiquito y ahora tengo la posibilidad de hacerlo a máxima escala en otros países”. La integración al grupo ha sido inmediata y natural. Describió la semana de entrenamientos como positiva, destacando el “ambiente lindo” y el trato recibido. “Vengo sintiéndome bien, cómodo. Me hacen sentir bien y, estoy un poquito ansioso por las ganas de viajar”.
Su familia, un pilar fundamental en su carrera, vivió una mezcla de alegría y complicidad. “Mi familia sabía la realidad. Mi familia es todo, son únicos para mí”, contó entre risas. “Así les conté que fui convocado, ellos han dicho ‘ya sabíamos’”. Ahora, espera con ansias el reencuentro antes de viajar a Europa. “Estoy esperándolos, hace tiempo que no los veo, para darles un abrazo”. Con la maleta casi lista y la camiseta argentina como un regalo que llena de orgullo, vive la serie en su mente. “Voy a acostarme esta noche y veré la remera”, admitió. No sabe si le tocará entrar a la cancha, pero tiene claro: “Si juego, saldré a dar lo máximo, y si no, alentaré desde afuera, obvio”. Esta es la mentalidad que lo ha traído hasta aquí.
La esperada eliminatoria de septiembre se llevará a cabo en la ciudad y el estadio elegidos para la contienda, que se disputará sobre superficie dura bajo techo en MartiniPlaza, con una capacidad de 3.855 espectadores. El resultado de esta eliminatoria asegurará la clasificación para el equipo argentino, que celebrará en Italia en el mes de noviembre, manteniendo así su lugar en la élite del tenis mundial.