Randall Kroszner, exgobernador de la Fed, analiza la política monetaria actual y anticipa recortes de tasas en EE. UU. ante una posible desaceleración económica.
Randall Kroszner, quien formó parte de la junta de gobernadores de la Reserva Federal de Estados Unidos durante el periodo crítico de la crisis financiera entre 2006 y 2009, fue nominado por el expresidente Barack Obama. En su análisis sobre la actual situación económica y las decisiones de la Reserva Federal bajo la dirección de Jerome Powell, Kroszner se muestra de acuerdo con las acciones tomadas hasta el momento, a pesar de las críticas que surgieron tras la decisión de no recortar las tasas de interés en julio, en respuesta a los recientes datos de empleo que impactaron los mercados.
En una entrevista con DF, Kroszner argumenta que era necesario esperar hasta la reunión de septiembre para confirmar que la inflación se encuentra en una trayectoria sostenida de descenso. Explica que anticipa una desaceleración significativa de la economía, lo que podría llevar a la Reserva Federal a preocuparse por una ralentización excesivamente rápida, lo que a su vez podría resultar en recortes de tasas de interés. “Es muy probable que sigan recortando en cada una de las reuniones el resto del año, es decir, en septiembre, noviembre y diciembre. Esperaría un recorte de entre tres cuartos y un punto porcentual de aquí a final de año”, señala Kroszner.
Al abordar el último informe de empleo, Kroszner identifica ciertas debilidades en el mercado laboral de Estados Unidos, pero no considera que se esté acercando una crisis. A pesar de que el crecimiento del empleo fue menor al esperado y la tasa de desempleo aumentó, esto se debe en parte a que más personas están buscando trabajo, lo cual es un indicativo positivo. “Una de las cosas que preocupaba a Powell era la baja participación de la población activa”, explica Kroszner, añadiendo que un aumento en la participación laboral puede reducir la presión sobre los salarios.
Kroszner también coincide en que los mercados reaccionaron de manera exagerada ante el informe del mercado laboral, afirmando que no ve señales de crisis o colapso en los datos. Sin embargo, reconoce que hay una desaceleración más amplia y gradual en el mercado laboral estadounidense. En cuanto a las señales de desaceleración, Kroszner menciona la tasa de interés real, que es la tasa ajustada a la inflación. Observa que, aunque la inflación había caído por debajo de la tasa de interés hace poco más de un año, la Reserva Federal había incrementado las tasas rápidamente en respuesta a un aumento de la inflación.
Con respecto a la inflación en Estados Unidos, Kroszner indica que el índice de precios al consumidor (IPC) mostró una disminución tanto en la inflación general como en la subyacente, que bajó a un 2,9% anual en julio. A pesar de que la inflación ha disminuido desde su pico de alrededor del 9%, Kroszner advierte que será más complicado reducirla del 3% al objetivo del 2% establecido por la Reserva Federal. Sin embargo, considera que la tendencia descendente es lo suficientemente clara como para que la Fed se sienta cómoda recortando tasas en septiembre.
En relación con el posible recorte de tasas, Kroszner estima que lo más probable es que sea de 25 puntos básicos, aunque podría ser mayor si el mercado laboral se debilita significativamente. También anticipa que la tasa de interés podría cerrarse entre tres cuartos y un punto porcentual más bajo para finales de año. Destaca la importancia de los próximos datos, como el índice de gastos de consumo personal (PCE) y el informe de empleo de agosto, que proporcionarán más información sobre la dirección del mercado laboral.
Kroszner también menciona que es probable que la volatilidad en los mercados continúe, dado que se encuentra en un punto de inflexión. La incertidumbre en la economía puede dificultar la interpretación de los datos y la comunicación de la Reserva Federal. En cuanto a la crítica sobre si la Fed ha llegado tarde en su recorte de tasas, Kroszner argumenta que la Reserva Federal actuó con cautela, considerando la posibilidad de que la inflación no estuviera en una trayectoria descendente sostenida.
Finalmente, al abordar la política monetaria en otros países, Kroszner sugiere que una vez que la Reserva Federal comience a recortar tasas, otros bancos centrales, como el de Chile, podrían sentirse más cómodos para hacer lo mismo, dado que la inflación está disminuyendo en muchos lugares.


