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La inteligencia artificial revoluciona el mercado de autos usados: “una nueva era de oportunidades”

Descubre cómo la Inteligencia Artificial transforma el mercado de autos usados.
Descubre cómo la Inteligencia Artificial transforma el mercado de autos usados.

La inteligencia artificial transforma la compra y venta de autos en Kavak, optimizando procesos y mejorando la experiencia del usuario con tecnología avanzada.

La Inteligencia Artificial (IA) es objeto de preocupación para una parte significativa de la población activa a nivel global, ya que evoca el mismo temor que surgió durante la Revolución Industrial, cuando la automatización de las máquinas desplazó muchas actividades productivas que antes eran realizadas de manera artesanal. No obstante, si se considera la IA como una herramienta que acelera procesos y mejora los estándares de calidad, esta tecnología, conocida por sus siglas en inglés AI (artificial intelligence), tiene el potencial de mejorar la vida de las personas en diversos aspectos, desde la elaboración de una dieta equilibrada hasta la compra de un automóvil de segunda mano.

Kavak, una empresa líder en el mercado latinoamericano de compra y venta de vehículos nuevos y usados, está implementando mejoras en su plataforma digital para que los usuarios puedan acceder a un catálogo de vehículos de manera más eficiente. La compañía ha incorporado procesos de machine learning para optimizar su rendimiento diario, transformando la eficiencia en áreas que eran complejas e inimaginables hace apenas unos años. Fernando Scasserra, CTO de Kavak, comentó: “Entre desarrolladores, analistas de datos e ingenieros, hoy en el equipo tenemos entre Argentina, México y Turquía, somos unas 350 personas que trabajamos dentro de Kavak. Cuando decimos ‘hablamos de cosas’, nos referimos desde el diseño de la pantalla hasta la infraestructura de desarrollo de la compañía”.

Kavak opera bajo un modelo de negocio que busca optimizar el tiempo en cada proceso, donde el objetivo es que todos los usuarios compren y vendan vehículos de manera eficiente. Scasserra explicó que “el escenario perfecto del negocio sería que todos compran y durante ese tiempo vendan también. Pero eso es prácticamente imposible, lo que hacemos es optimizar los tiempos de cada proceso”. En la operación con clientes particulares, la empresa recibe el vehículo, lo inspecciona y hace una oferta al vendedor. Si este acepta, el proceso se cierra de inmediato y en un plazo de 48 horas el vendedor tendrá el dinero depositado en su cuenta bancaria.

Para que este proceso funcione de manera efectiva, Kavak utiliza una base de datos que le permite establecer un precio ideal y razonable en función del año y el kilometraje del vehículo. El usuario puede acceder a una cotización en línea. La intervención en la determinación del precio es clave, ya que no se basa en una única fuente, sino en una combinación de varias, incluyendo tablas de precios de la Cámara de Comercio Automotor (CCA) y operaciones similares históricas publicadas en diversos medios de comunicación y plataformas, así como las fluctuaciones propias del mercado. Este proceso, que anteriormente era más lento, se ha optimizado gracias al uso de la tecnología.

Una vez que se establece la tasación inicial y el cliente acepta, comienzan las inspecciones que determinarán si el precio se mantiene o se reduce, y en caso de que sea necesario, se establecerá un nuevo monto dependiendo del estado del vehículo. Para llevar a cabo esta verificación, el automóvil debe ser llevado a uno de los centros de Kavak, donde se controlarán 240 puntos del vehículo, incluida la documentación. En este proceso, la IA juega un papel fundamental. Anteriormente, la inspección visual de la carrocería era realizada por un operario de la empresa, lo que implicaba un análisis subjetivo. Esto requería la confección de una planilla que detallaba los desperfectos encontrados y las características del vehículo. Ahora, utilizando una tecnología conocida como Computer Vision, adaptada y aplicada a través de la IA, se toman fotografías de 360 grados que miden el tamaño de los detalles estéticos, permitiendo que el análisis sea 100% objetivo.

Scasserra detalló: “Nosotros agregamos imágenes y algoritmos a todas las configuraciones. En este tema, entrenamos miles de imágenes para que el sistema comprenda qué es un rayón o una abolladura. Después, al ponerle la foto al auto, detecta la misma bollo”. Al final, el reporte generado indica, por ejemplo, “20 marquitas de determinada profundidad”, lo que permite calcular un porcentaje de descuento en el precio, teniendo en cuenta cuánto costará repararlo.

Desde el punto de vista mecánico, la IA permite identificar eventuales debilidades que puede tener un modelo en función del kilometraje, así como constatar rápidamente el mantenimiento mecánico que ha tenido, como el reemplazo de la correa dentada, una tarea que anteriormente se realizaba de manera más lenta. Con este tipo de información, el sistema genera nuevas incidencias sobre las reparaciones que deben realizarse. “Esto da transparencia a la operación, ya que podemos mostrar al dueño que vende esos trabajos y el poder de venta que estamos descontando de lo que habíamos dado anteriormente. Lo aceptan y se llevan el vehículo nuevamente. Mostramos de dónde sale el precio”, concluyó Scasserra.

Paralelamente, otra función de la IA en Kavak es la lectura de documentación con precisión y velocidad, lo que evita las largas esperas que antes se producían al intentar vender un vehículo. “A veces los papeles están cerca, pero además hay que hacerlos con absoluto detalle. Un error puede retrasar la venta semanas en el momento de ir al Registro, ya que debe coincidir la información con la original del vehículo”, explicó el ejecutivo.

Kavak está explorando nuevas adaptaciones en México, Emiratos Árabes y Turquía, y entre los proyectos futuros se contempla ofrecer una evaluación previa para aquellos que deseen elegir, por ejemplo, si prefieren que se repare un vehículo usado. Esto podría generar un ecosistema que coordine el stock de repuestos en un centro de taller en Argentina, que cuenta con una nave de 17,000 m², para que las reparaciones sean lo más rápidas posible. Scasserra finalizó afirmando que “la aplicación no reemplazó ningún puesto de empleados. Al contrario, optimizó el servicio general, ya que se perdía tiempo en la toma de documentación, lo que ahora permite atender mejor a los clientes”.

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