Ataques israelíes en Gaza dejan al menos 21 muertos, incluidos seis niños. La situación se agrava mientras se intensifican los esfuerzos por un alto el fuego.
Ataques israelíes dejaron el domingo al menos 21 muertos en Gaza, entre ellos seis niños, según informaron las autoridades sanitarias palestinas. Este suceso ocurrió en vísperas de la visita a la región del Secretario de Estado estadounidense, Antony Blinken, quien tiene como objetivo impulsar las conversaciones para un alto el fuego. Las autoridades sanitarias indicaron que los niños y su madre perdieron la vida en un ataque aéreo israelí que impactó una vivienda en la ciudad central de Deir Al-Balah. Hasta el momento, el Ejército israelí no ha emitido comentarios sobre este ataque.
El Ejército israelí, por su parte, afirmó haber destruido lanzacohetes que se utilizaban para atacar a Israel desde la ciudad meridional de Jan Yunis, que ha sido escenario de intensos combates en las últimas semanas. Además, el Ejército israelí reportó haber matado a 20 combatientes palestinos en estas operaciones.
En el contexto de la creciente tensión en la región, la Casa Blanca ha declarado que Estados Unidos está preparado para posibles ataques de Irán en Oriente Medio, que podrían ocurrir tan pronto como esta semana. En los días recientes, se han intensificado los esfuerzos diplomáticos para detener el conflicto entre Israel y Hamás, así como para lograr un acuerdo que permita la devolución de los rehenes que se encuentran en Gaza. Las conversaciones, mediadas por Estados Unidos, Egipto y Qatar, continuarán esta semana en El Cairo, tras una reunión de dos días que tuvo lugar en Doha la semana pasada.
Antony Blinken, en su décimo viaje a la región desde el inicio del conflicto, tenía programado llegar a Israel el domingo, pocos días después de que Estados Unidos presentara propuestas que, según los países mediadores, podrían ayudar a cerrar las brechas entre las partes en conflicto. La urgencia por alcanzar un acuerdo de alto el fuego ha aumentado debido a los temores de una escalada regional, especialmente tras las amenazas de Irán de tomar represalias contra Israel por el asesinato del líder de Hamás, Ismail Haniye, en Teherán el 31 de julio.
En el hospital Al-Aqsa de Deir al-Balah, los familiares se reunieron en torno a los cuerpos de la madre y sus seis hijos, que estaban envueltos en sudarios blancos con sus nombres. El abuelo de los niños, Mohammed Khattab, expresó su dolor y cuestionó la razón detrás de la tragedia: “¿Cuál fue su crimen? ¿Mataron a un judío? ¿Dispararon a los judíos? ¿Lanzaron cohetes contra los judíos? ¿Destruyeron el Estado de Israel? ¿Qué han hecho? ¿Qué han hecho para merecer esto?”, dijo Khattab a Reuters durante el funeral.
Israel ha negado haber atacado a civiles en su búsqueda de militantes de Hamás, acusando al grupo de operar desde instalaciones civiles, como escuelas y hospitales, lo cual es negado por Hamás. Después de diez meses de conflicto, los palestinos en Gaza enfrentan una creciente desesperación por encontrar un lugar seguro. Tamer Al-Burai, un residente de Deir Al-Balah, comentó sobre la situación: “Estamos cansados de los desplazamientos. La gente está siendo empujada a zonas estrechas en Deir Al-Balah y Al-Mawasi, que se han convertido en ollas a presión”. Al-Burai también mencionó que los tanques estaban a solo 1,5 kilómetros de distancia.
El viernes, el Ejército israelí ordenó la evacuación de las áreas al norte de Jan Yunis y al este de Deir al-Balah, donde cientos de miles de personas desplazadas por los combates se habían refugiado en condiciones críticas. La Oficina de Coordinación de Asuntos Humanitarios de las Naciones Unidas informó que las órdenes de evacuación, que incluían otras áreas del enclave, habían reducido el tamaño de la “zona humanitaria” designada como segura por las fuerzas israelíes a aproximadamente el 11% de la superficie total de la Franja de Gaza. El municipio de Deir al-Balah, que estima que la población actual de la ciudad es de un millón de habitantes, advirtió que las órdenes de evacuación significaban que más personas se estaban hacinando en un espacio más reducido. Además, se anticipa una escasez de agua, ya que varios pozos y camiones cisterna que solían abastecer a los residentes en un 60% se encuentran en las zonas bajo órdenes de evacuación.
En Israel, se espera que Blinken se reúna con el primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, y otros altos funcionarios. En un comunicado emitido el sábado, la oficina de Netanyahu expresó su “prudente optimismo” respecto a la posibilidad de alcanzar un acuerdo, mientras que las autoridades estadounidenses también mostraron una actitud positiva, aunque advirtieron que aún queda trabajo por hacer. Sin embargo, Hamás calificó los comentarios optimistas de Estados Unidos como “engañosos” y acusó a Netanyahu de imponer nuevas condiciones con el fin de “detonar” las negociaciones. Hamás busca un acuerdo de alto el fuego para poner fin a la guerra, mientras que Israel desea una pausa temporal.
El conflicto estalló el 7 de octubre, cuando combatientes de Hamás irrumpieron en Israel, resultando en la muerte de aproximadamente 1.200 personas y la captura de alrededor de 250 rehenes, según los recuentos israelíes. La posterior campaña militar israelí ha resultado en la muerte de más de 40.000 palestinos, en su mayoría civiles, según las autoridades sanitarias palestinas, y ha dejado gran parte de Gaza en ruinas. Israel sostiene que ha eliminado a 17.000 combatientes de Hamás durante este periodo.


