
Seis de cada diez criptomonedas compradas por argentinos en 2023 fueron cripto-dólares, destacando su uso como refugio ante la inestabilidad económica.
Seis de cada diez criptomonedas adquiridas por los argentinos durante el primer semestre del año fueron clasificadas como “cripto-dólares”. Esta cifra es notablemente alta y duplica la de otros países de la región. Argentina se destaca por la tenencia de stablecoins, siendo el único país donde este tipo de activos ocupa el segundo lugar en las carteras de criptomonedas, con un 22%, lo que representa 10 puntos porcentuales más que Colombia. En otros países de la región, las stablecoins cumplen un rol de un solo dígito, según un estudio realizado por Bitso, que opera varias billeteras al mismo tiempo.
La diferencia en la tenencia de cripto-dólares se hace aún más evidente al observar los datos sobre las compras realizadas durante el año. El 61% de las criptomonedas adquiridas en Argentina correspondió a este tipo de activos, cifra que puede llegar a triplicar la de los países vecinos. “En Argentina, 6 de cada 10 criptomonedas están atadas al valor del dólar, con una paridad virtual entre USDC y USDT. Esto sucedió 4 veces en Colombia, 3.4 en México y 2 en Brasil”, señala el informe de Bitso.
Las motivaciones para la compra de dólares digitales pueden ser diversas, pero existe un componente que se relaciona con la cobertura frente a la inestabilidad macroeconómica, lo que explica parte del comportamiento del mercado: la búsqueda de mayor estabilidad cambiaria y un menor refugio en el dólar estadounidense. Los “cripto-dólares” son una categoría de activos vinculados al dólar estadounidense, también conocidos como stablecoins, que buscan ofrecer una comparación a la alta volatilidad típica de otras criptomonedas como Bitcoin y Ethereum. Estos activos están respaldados por reservas y algoritmos que mantienen su paridad, permitiendo a los usuarios realizar transacciones digitales, mantener ahorros y acceder a servicios financieros sin preocuparse por fluctuaciones abruptas en su valor.
Entre las stablecoins más conocidas se encuentran Tether (USDT), USD Coin (USDC) y DAI. Algunos de estos activos están completamente respaldados por dólares, mientras que otros utilizan mecanismos automatizados para mantener la paridad. En economías con alta inflación y restricciones cambiarias, como Venezuela, estas alternativas han ganado popularidad como una forma de proteger los pagos internacionales. Las condiciones macroeconómicas han llevado a una cultura de migrar hacia las criptomonedas como una suerte de protección frente a la pérdida de valor de la moneda local. En este contexto, el cepo cambiario ha limitado la adquisición de billetes en forma legal, lo que ha llevado a una retracción en las carteras de activos.
“Esto puede ser explicado por la desaceleración y atenuación del ritmo devaluatorio tras el cambio de gobierno. Aun así, lo digital no se utiliza únicamente para aprovechar la liquidez en alguna baja del mercado, sino que tiene otro rol dentro de la estrategia patrimonial de la comunidad argentina que cuenta con cripto”, señalaron desde Bitso. En resumen, la tendencia nacional hacia una representación relativa de pesos en las tenencias de criptomonedas, en comparación con Brasil y México, refleja una clara búsqueda de resguardo económico ante la situación local. A pesar de la reciente moderación en la adopción de criptomonedas, estas continúan siendo fundamentales para quienes buscan seguridad financiera a través del mundo cripto.
Otro aspecto a considerar, según especialistas, es la estrategia de “comprar barato y vender caro”, lo que implica saber identificar los momentos en que las criptomonedas están a la baja para adquirirlas y luego venderlas cuando su valor aumenta. Este enfoque se conoce como trading. En la región, Argentina lidera en este ámbito, de acuerdo con un informe elaborado por Lemon, que indica que cuatro de cada diez personas que abren una aplicación en América Latina lo hacen con un profundo interés en los instrumentos digitales. La necesidad de adaptarse al contexto cambiario ha sido un disparador de la demanda en los últimos meses.
Recientemente, se recordó que se habilitó la constitución de sociedades crypto, lo que ha sido aceptado por la Inspección General de Justicia (IGJ) para integrar el capital social de las sociedades. Además, ya se encuentra en marcha un régimen de blanqueo que incluye expresamente a las criptomonedas. Bitso ha señalado que están recibiendo muchas consultas sobre este tema, especialmente de clientes corporativos. Es importante recordar que se sancionó una reforma a la Ley N° 27.739, que se centra en la prevención del lavado de dinero y define los Activos Virtuales y los Prestadores de Servicios relacionados (PSAV). Esta ley exige que todos los PSAV se registren en la Comisión Nacional de Valores (CNV) para operar en Argentina. “Esta institucionalización ha permitido la dictación de una serie de normas para la regularización de los activos virtuales que el Fisco reglamenta en nuevos casos de uso”, explicaron desde Lemon.