Una tradicional casa viñamarina, conocida como la casona Cunningham, ubicada en la avenida Borgoño de la ciudad jardín, será objeto de demolición. Aunque esta decisión puede parecer controvertida, ha sido valorada positivamente por expertos en el área. Según reporta El Mercurio, el concejo municipal de Viña del Mar aprobó el pasado martes la adjudicación del contrato a la empresa encargada de llevar a cabo la demolición del inmueble, que fue diseñado en 1957 por el arquitecto italiano Arnaldo Barison.
La demolición del edificio dejará en pie únicamente el muro frontal, el piso de adoquines y la escalera exterior. Los planos del diseño final indican que se conservará muy poco del edificio original.
El propósito de esta demolición es transformar el área en un espacio más atractivo, dado que actualmente se considera un lugar propenso al vandalismo. Se ha reportado que los okupas han causado daños significativos al inmueble, exponiéndolo a riesgos de incendios.
A pesar de que varios expertos han expresado su apoyo a la recuperación del espacio, también han manifestado su descontento por la pérdida del carácter arquitectónico de la vivienda. Gonzalo Abarca, profesor del Magíster en Patrimonio de la Universidad de Valparaíso, comentó: ‘Allí se ve que se borrará todo. Quedará alguna fundación, algún muro. Pero la casa como expresión de arquitectura de a mitad del siglo XX no existirá.’ Abarca también destacó que ‘esos techos levantados, el muro revestido en ladrillo como elementos del lenguaje arquitectónico desaparecen para transformarse en una terraza.’
Por su parte, Rodrigo Puentes, presidente del Colegio de Arquitectos de Valparaíso, indicó que ‘cuando la edificación está en muy mal estado de conservación no se puede preservar, y se puede poner en valor la historia que puede contar a partir de gráficas y museografías. No necesariamente conservando la vivienda como objeto.’
La decisión de demoler la casona Cunningham ha generado un debate sobre la preservación del patrimonio arquitectónico y la necesidad de revitalizar espacios que han caído en desuso.


