Calles que evocan la figura de Jesús, como la Calle de la Estrella y la Calle de la Natividad, llevan a la emblemática Plaza del Pesebre en Belén, un lugar de gran relevancia histórica y religiosa ubicado en los territorios palestinos de Cisjordania, que han estado bajo ocupación israelí durante varias décadas. Belén, con su rica topografía bíblica, se presenta como un entorno vibrante y multicultural, donde los mercados se entrelazan con tiendas de recuerdos y mezquitas que llaman a la oración.
En el corazón de esta ciudad se encuentra la Basílica de la Natividad, considerada uno de los templos cristianos en uso más antiguos del mundo. Según la tradición cristiana, este lugar sagrado fue erigido sobre la cueva donde nació Jesús de Nazaret, lo que le confiere un significado especial y lo convierte en un destino de peregrinación. La plaza adyacente, conocida como el Pesebre de Belén, toma su nombre de este famoso relato bíblico.
La historia de la Basílica de la Natividad es rica en eventos significativos. Originalmente, el obispo Makarios de Jerusalén mandó construir una iglesia en el siglo IV, siguiendo las órdenes del emperador Constantino, quien había legalizado el cristianismo. Esta primera iglesia fue completada en el año 399 d.C., pero no es la estructura que se visita hoy, ya que fue destruida por un incendio durante la Rebelión Samaritana en 529 d.C. Posteriormente, el emperador Justiniano ordenó la construcción de la actual Basílica, que se finalizó poco después, en un periodo en que el cristianismo ya era la religión oficial del Imperio Romano.
La arquitectura de la Basílica presenta un estilo robusto y fortificado, diseñado para perdurar a lo largo del tiempo. La entrada principal es deliberadamente angosta, lo que impedía el acceso a caballos, una práctica común en la antigüedad. En su interior, la iglesia sigue el modelo basilical romano clásico, con una nave central y dos laterales dispuestas en forma de cruz, adornadas con columnas y mosaicos, muchos de los cuales han sido cubiertos para preservar su estado.
Cerca del altar, se encuentran dos escaleras que conducen a una gruta subterránea, que mide aproximadamente 13 metros de largo por 3 metros de ancho, y que se considera el lugar exacto del nacimiento de Jesús. Este sitio está marcado por una estrella de plata de 14 puntas, sobre la cual se ha construido un altar, rodeado de lámparas que añaden un ambiente espiritual al lugar.
La Basílica de la Natividad no solo es un símbolo del cristianismo, sino que también representa un espacio de encuentro entre diversas confesiones cristianas. Junto a la basílica ortodoxa, hay un templo católico de estilo gótico tardío, y el complejo es compartido por la Iglesia Católica, la Iglesia Ortodoxa Griega y la Iglesia Armenia, que conviven en un ambiente de diálogo y respeto mutuo.
Este lugar ha sido un símbolo del ecumenismo desde la época de las Cruzadas, cuando se buscó la unión entre las Iglesias de Oriente y Occidente, que estaban divididas desde el cisma de 1054. A pesar de su historia compleja, la Basílica de la Natividad sigue siendo un testimonio de la coexistencia pacífica entre diferentes tradiciones cristianas en un entorno que promueve el diálogo interreligioso.
La Basílica de la Natividad, también conocida como la Iglesia de la Natividad, es un ejemplo de la importancia histórica, religiosa y arquitectónica que poseen ciertos templos, siendo reconocida como basílica por su relevancia en la historia del cristianismo.

