Ricardo Yáñez defiende sus acciones durante las protestas de 2019, calificando la imputación en su contra como injusta y fuera de contexto.
El exgeneral director de Carabineros, Ricardo Yáñez, se defendió de las acusaciones en su contra durante su audiencia de formalización, en la que el Ministerio Público le imputa una omisión en sus deberes de intervención y la falta de acciones para impedir o hacer cesar la comisión de delitos durante las protestas que comenzaron el 18 de octubre de 2019. Yáñez realizó sus declaraciones a través de un video grabado en el Séptimo Juzgado de Garantía de Santiago, donde se llevó a cabo la formalización.
En su intervención, Yáñez defendió tanto sus decisiones como las de sus subalternos, calificando la imputación en su contra como “absolutamente injusta y absurda”. En su discurso, el exdirector de Orden y Seguridad de Carabineros enfatizó que quienes estaban al mando durante el periodo de mayor violencia desde el retorno a la democracia enfrentaron situaciones extremas con los recursos que el Estado les proporcionó, afirmando que “algo que se nos pide que era imposible”.
Yáñez destacó la gravedad de los acontecimientos que tuvieron lugar durante y después de las protestas, señalando que estos no solo pusieron en riesgo la democracia en Chile, sino también la seguridad y la vida de muchas personas, incluidos los propios carabineros. En su declaración, mencionó que alrededor de 5 mil carabineros resultaron heridos en los procedimientos, además de más de 540 ataques a cuarteles policiales y un centenar de ataques a vehículos, así como más de 16 mil eventos graves registrados durante 165 días de violencia.
El exgeneral subrayó que la formalización en su contra estaba “fuera de contexto” y no reflejaba la realidad de lo que ocurrió en esos días. “Parece que se olvida que Chile se incendió”, afirmó, haciendo referencia a la destrucción del patrimonio nacional, como el mobiliario público y el sistema de Metro, que sufrió daños significativos en un corto periodo de tiempo. Yáñez también mencionó que los carabineros enfrentaron largas jornadas de trabajo, algunas de más de 18 horas, y tuvieron que lidiar con situaciones de grave violencia.
En su defensa, Yáñez insistió en que los eventos que se desarrollaron no fueron manifestaciones pacíficas, sino ataques violentos dirigidos a la institucionalidad y a la única fuerza policial que estuvo presente en las calles para proteger tanto la democracia como el Estado de Derecho. Expresó su confianza en que, a medida que se conozcan más detalles sobre los hechos por los cuales será formalizado, se comprenderá mejor por qué los carabineros actuaron de la manera en que lo hicieron.
El proceso judicial en curso implica que los involucrados no deben ser considerados culpables hasta que las autoridades competentes tomen una decisión al respecto.


